La población de La Fabriquilla al 1 de enero de 2019 fue de nueve vecinos, entre seis hombres y tres mujeres. En 2018, tuvo uno menos. Su número de habitantes censados no ha superado la docena en las dos últimas décadas. Los 11 empadronados que llegó a tener en los años 2017 y 2007 han sido los más cercanos a esta cifra.

La Fabriquilla es pequeña en población y dimensiones. Su núcleo urbano ocupa una superficie de 12.738 metros cuadrados, algo menos de dos campos de fútbol. Su trama urbana es el resultado de dos calles- Carretera antigua del Faro y Ángel Alcaraz- y tres plazas- Fabriquilla, Del Mar y la de Manuel Murcia Rull.

Esta pequeña pedanía, la más pequeño de los 25 que estructuran la comarca de Níjar, está dentro de este término municipal salvo el frente litoral que pertenece a Almería, zona delimitada por la antigua carretera del Faro. De hecho, los 600 metros de longitud y 30 de ancho de su playa, uno de sus grandes atractivos, pertenece al Ayuntamiento de Almería.

Pero, con todo, esta barriada goza de una ubicación estratégica que la convierte en un lugar tremendamente frecuentado en verano y los fines de semana. No en vano, es una de las puertas al Parque Natural Cabo de Gata- Níjar y el enclave más cercano al Faro de Cabo de Gata y al Arrecife de Las Sirenas, puntos emblemáticos y de los mas visitados de este espacio natural protegido por su belleza y las puestas de sol en verano.

La Fabriquilla debe su nombre a una fundición de plomo que existió en esta barriada a finales del s. XIX, de la que aún quedan algunos restos, como la chimenea de un horno. Coincidiendo con el auge de la actividad minera en el Parque Natural, la actividad pesquera y de las salinas próximas, junto a la Almadraba de Monteleva. hicieron que su población llegase a ser de más de 100 habitantes en el siglo pasado.

El carismático cerro de la Testa, un lugar cargado de historia, es otro de sus puntos de interés., Por su ubicación estratégico, se emplazaron defensas antiaéreas durante la Guerra Civil y un cuartel del bando republicano a medio construir y cuyos restos son aún visibles. En la falda del monte se excavaron en la roca refugios cueva que dieron protección a los habitantes de la zona durante la contienda y en la postguerra.

La combinación mar y montaña, y su tranquilidad, llamó la atención de Juanma Lillo. El ayudante de Pep Guardiola en el Manchester City fijó allí su residencia cuando dirigió a la UDAlmería, entre diciembre de 2009 y el 20 de noviembre de 2010, cuando el 0-8 que le endosó e Barca de Guardiola le costó el puesto.