Níjar

Las Refajonas de Níjar sacan la zambombada flamenca a las calles de la Villa

  • La actuación está programada para el domingo 26 a las 20:30 horas, en la Plaza de la Glorieta

La localidad de Nijar mantiene una estrecha relación con sus tradiciones, motivo de orgullo e identidad, y la de reunirse para cantar villancicos al ritmo de la zambomba es una de ellas. Así, la Asociación Cultural Las Refajonas de Níjar ha programado una zambombada flamenca para el domingo 26 de este mes en la Plaza de la Glorieta de la Villa de Nijar, desde las 20:30 horas.

La actuación contará con la Rondalla y el grupo de baile de Las Refajonas que se acompañarán de e la voz de Angelita, una cantante local. El consistorio nijareño ha incluido esta actividad dentro de su programación navideña, según ha podido saber este periódico.

La Parroquia de Santa María de la Anunciación ha organizado una zambombada todos los años, cumpliendo con la tradición. El Salón Parroquial se encuentra en proceso de obras, en sus servicios, y esta circunstancia ha hecho que, de momento, los feligreses no han programado esta actividad para estas Navidades.

Este tradicional instrumento musical navideño, la zambomba, cuenta con un gran arraigo en la localidad y tradición en su fabricación. Su elaboración es a mano, con barro y piel de choto. Son fechas de villancicos, panderetas y zambombas. El nombre autóctono de esta última es el alcaduz y es originario de Níjar, donde tradicionalmente se utiliza en la “fiesta de la zambomba “, según consta en el Centro Documental de Música de Andalucía.

Tradicionalmente, la zambomba se ha utilizado durante el ciclo navideño. Las reuniones de zambomba se inician en la fiesta de la Inmaculada, 8 de diciembre, y terminan después de Navidad. En estas celebraciones, reuniones festivas y de trabajo se reúnen familiares, amigos y vecinos.

La zambomba -caja de resonancia- se ha elaborado tradicionalmente a partir de elementos de deshecho que tenían a su alcance, que formaban parte del ajuar doméstico o estaban asociados al trabajo. La piel o vejiga se obtenían de los animales de su entorno o del ganado mayor, llevaban a cabo la curación de la misma, que varían según las zonas. El carrizo lo cortaban y pulían y cada familia elaboraba su zambomba.

Esta caja de horno procede de la Alfarería “Los Góngora, de Níjar, y se utiliza para colocar y preparar la cerámica en el horno para su cocción. Posteriormente se ha reutilizado como zambomba. En Níjar, comenzaba la “fiesta de la zambomba “ en noviembre, mes de los santos, y abarca el ciclo navideño. La zambomba ha estado presente en las fiesta de la matanza del cerdo.

El sonido se produce al vibrar la membrana cuando se fricciona la varilla con la palma de la mano o con los dedos mojados. El sonido es grave, ronco e indeterminado. Se fricciona con la mano húmeda, apoyada en el muslo. Esta pieza denominada “alcaduz”, en Níjar, es parte fundamental en las norias con el fin de elevar el agua y se reutilizó como zambomba. Las dos hendiduras tienen la función de sujetar la pieza a la noria.

 El alcaduz presenta un cuerpo troncocónico, con dos hendiduras una situada en la zona proximal y la otra en la zona central, base plana y boca ancha de borde exvasado. Elaborado en barro rojo y superficie alisada con barro de color terroso, que presenta depósitos de cal y huellas de uso. Se anudan una varilla de fricción o carrizo a una piel de choto, quedando la zona anudada en el interior, y cubren la abertura del arcaduz con dicha piel.

Su tipo de afinación es indeterminada y sus materiales sonoros son una caja de resonancia de cerámica cocida, membrana de piel de choto y varilla de carrizo. Su funcionamiento pasa por el método de la fricción-percusión. Este instrumento tuvo presencia antaño. Manuel de Falla escribió “Cantares de Nochebuena”, para voz, guitarra, chicharra y zambomba.

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