La pandemia mediatiza pero no frena la fe de los nijareños en su protector

La procesión de San Sebastián, ayer por el casco antiguo de la Villa, despide la festividad, condicionada, de nuevo, por la situación sanitaria

La pandemia mediatiza pero no frena la fe de los nijareños en su protector
La pandemia mediatiza pero no frena la fe de los nijareños en su protector
Txabi Ferrero

23 de enero 2022 - 18:05

La Níjar más cristiana cumplió ayer con esta tradición secular y renovó su fe y devoción en San Sebastián, su protector, como hicieron sus antepasados desde 1.488 cuando se instituyó su Patronazgo en la localidad, primero en la Misa Mayor que se ofició en su honor y después en la Procesión de la talla por la calles del casco antiguo de la Villa de Níjar.

Los nijareños despidieron la edición 2022 de esta festividad, cuya fecha litúrgica se recordó el pasado jueves, día 20, y se celebró ayer con este doble convocatoria religiosa. La Misa Mayor se inició ocho minutos después de las 11:00 horas, en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Anunciación y reunió a un centenar de devotos, a los miembros de la Mayordomía de San Sebastián y a las concejalas de Cultura y de Bienestar Social, Yolanda Lozano y Victoria Calatrava, quienes ostentaron la representatividad municipal. La alcaldesa, Esperanza Pérez, acatarrada, excusó su ausencia.

El oficio corrió a cargó de José Rodríguez Bonilla. El cura-párroco de la Villa y administrador de Huebro, desde septiembre de 2014, se detuvo en su homilía en la biografía de San Sebastián y recordó el tiempo que le tocó vivir. “Vino hasta aquí cuando existía una situación de pandemia, similar a la actual”, comentó.

Y evocó la figura del protector contra la pandemia y los enemigos de la religión. “Celebrar hoy - por ayer- a San Sebastián es una buena ocasión para recordar que lo más importante en esta vida es la palabra dad y el compromiso”. Y reforzó sus palabras, señalando que el copatrón de los nijareños -San Isidro Labrador es el otro- fue soldado del ejército romano, pero tomó la decisión de “ser soldado de Cristo. El suyo es todo un ejemplo de capacidad de fe”, valoró.

La Misa Mayor finalizó unos minutos antes de las 12:00 horas del mediodía y dio paso a la Procesión. A hombros de cuatro costaleros, la talla del Santo Patrón fue paseada en procesión por las principales calles del Casco Antiguo de la Villa.

El cortejo procesional, formado por alrededor de un centenar de personas, hizo su primera parada en la Plaza del Mercado, donde se ubican el Museo del Agua y la Oficina Municipal de Turismo, para honrar a los difuntos, al propio Níjar y a su mártir protector.

El recorrido, en esta ocasión, se vio recortado y no entró en el barrio alfarero. La Banda de Música de la Asociación Cultural no acompañó con sus sones a la marcha, debido a la situación sanitaria del municipal, donde han aumentado el número de contagiados por la COVID-19.

La imagen de San Sebastián presentó un aspecto renovado, después de los trabajos de restauración a los que ha sido objeto por parte del arboleano Joaquín Gilabert, todo un consumado y reputado especialista en la rehabilitación de obras de arte, a lo largo de un mes. La talla, con graves problemas en su policromía y sobre manera en la peana, es la primera vez que es restaurada desde que llegó a Níjar hace siete décadas.

Alrededor de media hora después de su salida, la procesión devolvió la imagen de San Sebastián hasta su sede, en el interior de la Iglesia Parroquial. Los reunidos detuvieron sus pasos cerca de la puerta de entrada del templo y secundaron los vítores del párroco José Rodríguez Bonilla hacia el patrón de los nijareños y la memoria de quienes han perdido la vida durante los dos años de este azote epidemiológico.

La imagen recuperó su sitio en la Iglesia Parroquial y comenzó otro ritual cargado de tradición y simbología. Los presentes no perdieron la ocasión de llevarse a su casa un rosco de pan que Rodríguez Bonilla había bendecido, cerrando una nueva edición mediatizada por la pandemia.

Patrón de una decena de pueblos de la provincia

San Sebastián mártir ha sido escogido en multitud de ciudades y pueblos del Estado como patrón por su condición de protector contra las pestes y enfermedades. Es venerado en gran parte de Andalucía y su devoción se ha extendido a Hispanoamérica, Asia y África. Níjar forma parte de la decena de pueblos almerienses donde es su patrón, si bien de forma compartida con San Isidro Labrador. La nómina incluye a Fiñana, Gérgal, Instinción, Lubrín, Lúcar, Olula del Río, Sierro Somontín y Tíjola.

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