La historia, un legado que cada vez más pueblos de Almería saben rentabilizar

Almería es una provincia llena de contrastes culturales, económicos, medioambientales y sociales. Su rico y extenso legado histórico se entiende por la confluencia de numerosas culturas como la de El Argar, los fenicios, los romanos o los musulmanes, por citar algunas. Siglos y siglos de incipiente poso y mestizaje de costumbres y formas de vertebrar y entender la vida que han terminado conformando una provincia llena de matices e idiosincrasias que hacen de cada municipio una fuente de sabiduría y, como no, con un importante legado histórico del que presumir.

Por esta razón es entendible e, incluso necesario, que muchos ayuntamientos se hayan animado a poner en valor ese rico pasado con el objetivo de potenciar su desarrollo económico y social celebrando recreaciones históricas en las que, con un notable rigor, se escenifican pasajes cargados de simbolismo en los que la implicación de los vecinos es piedra angular de su éxito.

Y en la provincia ya son más de una decena los municipios que cuentan con recreaciones históricas de gran calado y recorrido como la de los Reyes Católicos de Fiñana, la Paz de las Alpujarras de Padules, la Batalla de Berja, La Novia de Serón, la de El Argar de Antas, el Día del Villazgo de Huércal-Overa, los oficios antiguos de Terque, la rebelión de Joraique de Tahal, los Caciques y Canteros de Macael y, como no, los Moros y Cristianos que se celebran en Carboneras, Mojácar, Vera y Gérgal.

Acontecimientos sociales multitudinarios que permiten a los ayuntamientos organizadores atraer a miles de turistas que suponen un balón de oxígeno para los hosteleros y restauradores locales. Otra medida para ponerle freno a la despoblación recurriendo al pasado. Una fórmula para rentabilizar el legado histórico que se asienta y triunfa.

Empezando por la primera citada, la ‘Recreación de la Pernoctación de los Reyes Católicos’ es una cita ineludible que aúna historia, cultura y tradición, y que, gracias a figuras como los Embajadores Históricos, fortalece la identidad de Fiñana como un referente de turismo cultural y preservación histórica en la región.

Se celebra el 29 de diciembre y ya ha alcanzado su décima edición en un evento que conmemora la estancia de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón en la localidad en diciembre de 1489, durante su campaña hacia Granada. Tal es la implicación de los vecinos que las participantes en el taller de costura trabajan a destajo desde agosto para preparar la ingente cantidad de vestidos, trajes, pendones, ornatos y banderas que se utilizan para devolver a esta localidad de la comarca de Los Filabres al siglo XV con el mayor rigor histórico posible. “Intentamos ser lo más fieles posibles a la época que estamos representando, antes de salir, yo mismo reviso que nadie llevepulseras o relojes”, explica su alcalde, Rafael Montes.

No muy lejos de allí, en Padules, a mediados de mayo se celebra la Paz de la Alpujarras. “Fue un hecho importantísimo. Es un pequeño hecho histórico, pero muy importante, porque pudo cambiar la historia de España allá por 1570. Aquí se unieron los moriscos con la ayuda de los turcos para intentar de nuevo la reconquista de España y quitar al rey que había entonces, como era el rey Felipe II”, explica el alcalde de Padules, Antonio Gutiérrez.

Y para ello se recrean personajes históricos muy relevantes para la historia de la Alpujarra con una “rigurosidad histórica impecable”, añade. Comenzó en 2013 y ya ha alcanzado recientememente su décimo segunda entrega.

Y siguiendo la cercanía geográfica, en la vecina localidad de Terque llevan más de dos décadas celebrando en octubre una jornada de tareas y oficios antiguos. El objetivo es poner en valor y el recuerdo de todos aquellas tareas, oficios o trabajos tradicionales que hoy han desaparecido o están en franco retroceso. Cada año se van sumando nuevos oficios y trabajos. En total suman ya cuarenta tareas diferentes: el pregonero, el afilador, la matanza, la cestería de cañas y esparto, el lavadero, el carpintero, el charlatán y la bordadora por poner algunos ejemplos.

El alcalde de Terque, Daniel Herrada, explica que “el tiempo de los artesanos, de los oficios va quedando en el olvido. Muchos de los objetos que utilizaban los hombres salían de pequeños talleres y tiendas o llegaban de la mano de oficios ambulantes. Hoy, la mayoría de las manufacturas nacen en fábricas e industrias. Por eso hay que ensalzar nuestro pasado”.

Y al otro lado de la Alpujarra almeriense, en Berja, ya se ha cumplido un lustro celebrando los hechos ocurridos el 2 de junio de 1569, cuando las calles y plazas de Berja fueron el escenario del enfrentamiento entre las huestes sublevadas de Abén Humeya, rey de los moriscos de la Alpujarra, y las tropas dirigidas por el Marqués de los Vélez, don Luis Fajardo de la Cueva.

Su alcalde, José Carlos Lupión, destaca que “no solo es un viaje en el tiempo, sino también una celebración de la cultura y el patrimonio de Berja. Durante el evento, los asistentes pueden disfrutar de alardes de tropas, escenificaciones, un mercado, conciertos y gastronomía tradicional, lo que permite una experiencia completa que va más allá de la recreación histórica”.

Y en la misma línea temporal, la pequeña localidad de Tahal pone en valor La rebelión de El Joraique, un bandolero morisco nacido en Tahal en el siglo XVI. El Joraique fue corsario berberisco en el norte de África. Acabó preso por las tropas de Don Juan de Austria, pero consiguió escapar y refugiarse en las sierras de Almería con una partida de hombres armados, desde donde perpetraba asaltos y robos en aldeas y caminos. La situación fue tan grave que llegó a intervenir el propio Rey Felipe II, para conseguir que depusiera las armas y cesara en su actividad delictiva. En septiembre de 1573, el Joraique y algunos de sus hombres volvieron a Tahal, su pueblo natal, donde perpetraron robos, asesinatos y secuestros. Este es el hecho histórico que se recrea mediante una representación teatral, ambientada con un mercado medieval en el que únicamente intervienen las personas del pueblo y los productos ofertados son netamente artesanales. Ya ha alcanzado 16 ediciones y su capacidad de implicar a los vecinos no tiene parangón.

Más al norte, en el Valle del Almanzora, concretamente en Serón ya se han celebrado dos ediciones de ‘La Novia de Serón’. Un evento que se celebra durante el mes de junio y que implica a los vecinos en una representación teatral en el año 1440 cuando la hija del alcalde de Serón iba a casarse con el regidor de Baza en Granada. Una joven mora, vestida para la ocasión, subida en una mula que también había sido engalanada, emprendió la marcha cuando fue secuestrada por cuarenta caballeros de Lorca (Murcia). Una historia que ha dado lugar al hermanamiento entre las tres localidades protagonistas de esta leyenda.

Multiplicar la población

Y si hay que presumir de cifras, en Macael están, utilizando el argot futbolístico, en la Champions League. Su recreación histórica de Caciques y Canteros quintuplica la población durante los tres días de mayo en los que se celebra pasando de 5.000 a 25.000. Un evento que este año ha alcanzado su séptima edición y que se ha convertido en todo un referente de la cultura e historia de esta localidad del Valle del Almanzora a la vez que un ejemplo de participación ciudadana a todos los niveles.

Ya lo apuntaba a este periódico su alcalde al afirmar que “participan 300 personas en la organización y 800 más que van caracterizadas para la ocasión”.

Se trata de una producción teatral que cuenta con los propios vecinos de Macael como actores y figurantes, caracterizados como canteros, amoladoras, arrieros, embaladoras, carreteros, dueños de canteras, fragüeros, mujeres, niños y otros personajes representativos de la época comprendida entre 1919 y 1947.

Su notoriedad llevó a la Junta en octubre del año pasado a declararlo oficialmente como Acontecimiento de Interés Turístico de Andalucía.

Con esta recreación histórica se pretende de una manera creativa, amena, lúdica y participativa, dar a conocer que significa ser cantero en Macael a través del “Pleito de las Canteras”. Un hecho determinante para toda la Comarca del Mármol, por el cual, los canteros y sus familias, tras una prolongada lucha (de 1919 a 1947), recuperan el carácter público de sus canteras, comunales de acuerdo a la tradición heredada de época musulmana, frente a su intento de privatización por parte de los caciques locales.

Y otra recreación que no para de crecer tanto en notoriedad como en participación es la que se celebra en Antas y que tiene que ver con la cultura de El Argar. En agosto el año pasado tuvo lugar la segunda edición de en la que participan cerca de un centenar de vecinos ataviados con los ropajes de hace cuatro milenios que cuenta con un mercadillo argárico y talleres para conocer las costumbres y vida de los primeros moradores de Antas en la Edad del Bronce. Más de un millar de visitantes recibieron el año pasado para el que es “el evento cultural más esperado del municipio”, según su alcalde, Pedro Ridao.