"Siento que me tratan como a una pelota de ping pong"

Una paciente roquetera levanta su voz para pedir mejor coordinación, información y trato a los ciudadanos por parte de los servicios sanitarios

Amelia Requena, en un banco de la Plaza de la Constitución de Roquetas de Mar, muestra la pierna manifiestamente inflamada. / Anyo
Alejandro Morales

Roquetas, 25 de junio 2018 - 02:31

La historia de Amelia Requena es como la de muchos otros pacientes de la sanidad pública en el Poniente almeriense, aunque ella se ha decidido, presa de la indignación, a levantar su voz y pedir en público que se mejore la atención que se recibe por parte de algunos profesionales. Enfermos de patologías que no suponen un riesgo vital, pendientes de operaciones quirúrgicas o pruebas que o no llegan o se retrasan sine die, y en algunas ocasiones pospuestas sin ninguna explicación. "Somos personas y lo que yo pido es que se nos trate como tales, y no como si fuéramos pelotas de ping pong, que así es como me siento", asegura mientras muestra el estado de su pierna maltrecha, muy inflamada y fuente de dolores continuos.

Con fibromialgia y artrosis crónica, operada de una rodilla y con problemas de movilidad, amén de los dolores e inflamación que sufre en su pierna izquierda desde hace meses, esta roquetera dice llevar un año inmersa en un proceso de pruebas antes de volver a pasar por el quirófano para que se le coloque una prótesis en la rodilla lesionada, pero lo único que encuentra es "descoordinación entre los propios médicos, falta de información y confusiones a la hora de citarte para recoger unas pruebas o pasar una consulta", asevera.

El colmo del vaso, relata, llegó hace unos días, cuando tuvo que desplazarse al centro de salud de Roquetas Norte para recoger unas radiografías y se encontró con que "el médico no estaba, pese a que yo tenía mi cita correctamente". Según asegura, se le comunicó que se le debería haber avisado para que no se desplazara, algo que nunca sucedió, y que pidiera una nueva cita para el día siguiente. Su gran sorpresa, explica, fue que a la segunda, tampoco pudo ser recibida por su galeno, pues tampoco se encontraba. "No es fácil que alguien como yo pueda desplazarme al médico, y mucho menos cuando tengo que ir al Hospital de Poniente", indica. En su caso, con frecuencia no tiene más remedio que solicitar un taxi o esperar que algún familiar cercano pueda trasladarla. "Luego te encuentras con que te han cambiado la cita, o la han suspendido, una cita que a lo mejor llevas uno o dos meses esperando, o más tiempo, y la verdad es que eso, aparte del estado físico en el que te encuentras a diario, que yo estoy a base de calmantes y medicamentos, te va hundiendo". Amelia dice comprender que "somos humanos y todos cometemos errores que tenemos que aceptar y perdonar", pero matiza que "en muchas ocasiones parece que se les olvida que están tratando con personas y eso es lo que más rabia te da". De hecho, se pregunta: "¿Cómo es posible que me den cita para el día siguiente a sabiendas de que voy a ir y no voy a encontrar al médico? Es algo inexplicable, pero así me sucedió".

La necesidad de contar con un centro médico de referencia en el municipio roquetero, una reivindicación liderada desde hace años por el alcalde Gabriel Amat, podría paliar en buena medida situaciones como la que sufre Amelia, pues descargaría buena parte de la saturación que sufre el Hospital de Poniente, especialmente en los caos de patologías menos graves. Desde hace varias semanas el personal quirúrgico de este hospital ubicado en El Ejido dejó de hacer horas extras en reivindicación de sus derechos laborales, lo que incidió decisivamente en el aumento de la lista de espera, pues se han aplazado numerosas intervenciones que ya estaban previstas. La de Amelia, que ni siquiera tenía una fecha fijada, deberá seguir esperando.

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