La Plaza del Sol de Vera será la de José Ramón 'El Alicantino'

¿Por favor, me podría indicar cómo llegar a la Plaza del Sol? Si usted le ha hecho esta pregunta alguna vez a un veratense, lo más habitual es que se quede pensativo o extrañado. Y es que en todos los pueblos y ciudades hay lugares a los que casi nadie se refiere por su nombre oficial, por mucho que sea el que aparece en las placas y mapas. Ese es el caso de la plazuela en la que se unen las calles Mayor y Sol. Lugar que un día, siglos atrás, era puerta de entrada a la ciudad amurallada de Vera.

Desde hace décadas, para todos esa ha sido la plaza de José Ramón ‘El Alicantino’. Ahí estaba el bar que regentaba y que era punto de parada obligatoria de veratenses y foráneos. Ahí sigue, a día de hoy, su estanco, en el que su familia sigue al frente.

El pasado miércoles 17 de julio fallecía este querido vecino de Vera, a los 94 años de edad.

Por ello, el próximo miércoles, el Pleno del Ayuntamiento de Vera aprobará (según lo que ha podido saber este medio, por unanimidad), la “asignación de la denominación ‘José Ramón El Alicantino’ a la llamada Plaza del Sol”.

Tal y como recoge la propuesta del equipo de gobierno a la que ha tenido acceso Diario de Almería, este nombramiento se hace “con motivo del reciente fallecimiento del vecino de vera, José Ramón Sogorb Salas, y en reconocimiento de su labor al frente del negocio hostelero regentado durante más de 45 años en la llamada Plaza del Sol, por donde han pasado generaciones de veratenses y visitantes de todos los puntos de la comarca”. Además, se hace mención a que este emplazamiento “siempre se ha conocido popularmente como la de José Ramón El Alicantino”.

Es la plaza del Alicantino un lugar de paso, un espacio de descanso, para comprar el periódico o un cartón de tabaco. Es la puerta, aún sin existir como tal ya, al pueblo antiguo, a la calle Mayor adoquinada y antesala de la Plaza Mayor.

Es un centro neurálgico de la vida de Vera. Allí donde los que bajan a la playa o los pueblos de la comarca, aguardan a la llegada del autobús. Y los sábados, un zoco de verduras, frutas y ropas en el mercado semanal.

Años atrás, era también el lugar de encuentro alrededor de unas cañas o unos vinos, en la barra del bar de José Ramón. Ese edificio que ahora, envejecido y cerrado, sigue siendo un observador callado, en una ubicación de lujo, del paso de la vida de la ciudad.

A partir del miércoles, cuando acabe el Pleno, se comenzarán a dar los pasos para que, más pronto que tarde, en la transitada plaza luzca una placa con el nombre de ‘José Ramón El Alicantino’. En la que fue su plaza.