Investigación y Tecnología
Calzados 'barefoot': "Los propios zapatos son los que deforman el pie"
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Hemos cambiado la silla de la playa por la silla de la oficina, del despacho, de las consultas o, desde hoy, por las de los pupitres de las escuelas. Puede que, incluso, sean más cómodas, pero también más perjudiciales para tu salud, sobre todo si pasamos muchas horas seguidas sentados frente a la mesa de trabajo.
La OMS ha publicado los resultados de un estudio elaborado recientemente que revela que "casi 1800 millones de adultos (el 31%) no practican actividad física, o más concretamente, no cumplen las recomendaciones mundiales de realizar una actividad física moderada durante al menos 150 minutos a la semana".
Esto unido a que las obligaciones laborales tampoco nos dejan más opción que la de estar horas, prácticamente en la misma postura, nuestra salud se resiente tanto física como mentalmente.
Una mala postura afecta nuestra columna vertebral a largo plazo originando patologías como la escoliosis o desviación de la columna. La parte más sufrida en este sentido es la zona cervical sobre todo si nuestra postura delante del ordenador no es la adecuada.
Por ejemplo, si la pantalla se encuentra por debajo del nivel de los ojos cuando estamos con la espalda recta, nos vemos obligados por la propia inercia de la física a encorvarnos hasta que, poco a poco, esa se convierta en nuestra postura habitual.
Pero no solo se verá afectada la curvatura de la columna vertebral, sino que del escaso movimiento las articulaciones y la musculatura también se atrofian ocasionando una serie de problemas en cadena.
Cuando se pasa demasiado tiempo sentado, especialmente sin hacer pausas para moverse, el flujo sanguíneo al cerebro puede disminuir. Esto puede afectar el suministro de oxígeno y de nutrientes a las neuronas, lo que repercute negativamente en la función cerebral y la capacidad cognitiva.
Permanecer sentado durante largos periodos, particularmente en un entorno de trabajo estresante, también nos afecta ya que aumenta el estrés mental y la fatiga. El estrés crónico está asociado con la liberación continua de hormonas como el cortisol, que a largo plazo puede dañar las conexiones neuronales, especialmente en áreas del cerebro como el hipocampo, involucradas en la memoria y el aprendizaje.
La psiquiatra Marian Rojas Estapé habla del impacto que tiene el cortisol en las salud en el siguiente vídeo.
En la prevención está la cura. Por eso, el fisioterapeuta Pablo López Castro de la clínica Fisioterapia Deportiva Castro nos ofrece estas recomendaciones para que el sedentarismo sea menos problema.
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