Alertas alimentarias

Arsénico, el 'veneno' detectado en arroz integral, tortitas y papillas

Arsénico, el 'veneno' detectado en arroz integral, tortitas de arroz y papillas

Arsénico, el 'veneno' detectado en arroz integral, tortitas de arroz y papillas

La notificación de una alerta alimentaria indica que el consumo de un determinado alimento puede provocar intoxicaciones y riesgos graves para la salud del consumidor. Unas advertencias que cobran especial relevancia cuando vienen de organismos encargados de la salud o del establecimiento de una sociedad de consumo transparente y justa. De esto se encarga especialmente la OCU, la misma institución que ha lanzado una nueva alerta referente a uno de los productos de consumo más prevalentes entre la población: el arroz. Un análisis de 136 muestras de arroz y productos a base de este cereal ha revelado que pueden contener pequeñas cantidades de arsénico inorgánico, el más tóxico, especialmente en el caso del arroz integral y las tortitas de arroz, donde los valores son más altos. Pese a que las cantidades están por debajo de los límites máximos permitidos, podrían resultar dañinos para aquellas personas que se exceden en su consumo. 

En menor medida, también había presencia de arsénico en el arroz blanco y en los cereales del desayuno de arroz inflado.Asimismo, también se detectó arsénico en algunas papillas de cereales instantáneos que contienen arroz. Lo suficiente para que dos raciones superen el límite máximo diario admisible para un bebé de seis meses.

Cabe recordar que el arsénico es muy tóxico en su forma inorgánica. Su mayor amenaza para la salud pública reside en la utilización de agua contaminada para beber, preparar alimentos y regar cultivos alimentarios. Hasta la fecha, parece no haberse detectado ningún caso de afecciones o patologías relacionadas con esta alerta, aunque el consumo progresivo puede ocultar el desarrollo en el tiempo de las mismas. Por ello, esta alerta resulta de interés y vuelve a poner de manifiesto la importancia de controles de calidad en los productos comerciales.

De hecho, es difícil establecer estas asociaciones entre la exposición al arsénico y la aparición de enfermedades, puesto que la prevalencia y el espectro de las enfermedades que están ligadas a la exposición crónica del arsénico varían entre países.

¿Qué cantidad es tóxica en humanos?

El arsénico fue el rey de los venenos en el siglo XIX. Se usa ampliamente en la vida cotidiana como parte del veneno para ratas, pintura, papel tapiz, insecticidas e incluso medicamentos. Su uso en agricultura y medicina se intensificó a principios del siglo XX. Actualmente, su presencia en las aguas subterráneas la convierte en una de las diez sustancias más peligrosas para la salud humana, según la Organización Mundial de la Salud.

Los límites en la ingesta de estos productos podrían ser excesivos si se toma como referencia el valor de 0,3 µg diarios por kilo de peso corporal, el más estricto de los que establece la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

La dosis letal en humanos para el trióxido de arsénico ingerido es de 70 a 180 mg, o aproximadamente 600 microgramos por kg/día (ATSDR 2007. El inicio de una neuropatía periférica puede presentarse varias semanas después de la exposición inicial al arsénico, aunque el consumo progresivo puede aumentar las posibilidades de padecer otras alteraciones cardiovasculares.
En algunas poblaciones, la ingesta de arsénico afecta el sistema cardiovascular, provocando una despolarización del miocardio y causando arritmias cardiacas e hipertensión. Pero también está relacionado con el cáncer, sobre todo el de piel y pulmón. Además, en algunos casos de exposición alimentaria, se han observado  déficits cognitivos, epilepsia y otros daños cerebrales.

En este sentido, en la web de la OCU recuerdan que el consumo de arsénico intenso y prolongado en el tiempo puede provocar su acumulación en el organismo, lo que puede originar "lesiones en la piel, diabetes, trastornos cardiovasculares y cáncer, entre otras patologías".

OCU celebra la actual revisión de los valores máximos permitidos de arsénico en alimentos por parte de las autoridades europeas, pero además solicita "aumentar el número de controles de este contaminante,  mejorar la sensibilidad de los métodos de análisis, así como investigar de qué modo el procesado y el cocinado del arroz puede alterar los niveles de arsénico".

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