Semana Santa 2022

La Borriquita abre el Domingo de Ramos de Almería

  • Los niños hebreos vuelven a ser los protagonistas

  • Las palmas y las ramas de olivo destacan en la mañana

La Borriquita abre el Domingo de Ramos de Almería

Eran las diez y media de una agradable mañana primaveral, cuando las puertas de la Iglesia del Espíritu Santo se abrieron y comenzaron a desfilar los protagonistas de la primera procesión del Domingo de Ramos. Como de costumbre, una multitud de niños hebreos desfilaban ilusionados con sus trajes blancos e impolutos. Tras ellos, otro conjunto de niños, si bien éstos más mayores, portaban las tradicionales palmas bendecidas atadas con un lazo rojo. Dentro del templo tuvo lugar la primera levantá, que corrió a cargo del alcalde de la ciudad, Ramón Fernández-Pacheco. Un grupo de penitentes con túnica y capirote blancos y cíngulo rojo daba paso a la primera imagen, representada por Nuestro Padre Jesús de la Victoria en su entrada triunfal en Jerusalén a lomos de la borriquita. El escultor supo plasmar en las puntiagudas orejas del animal el asombro que le produjo la multitud de fieles en Jerusalén alabando a Jesús: ¡Hosanna! El paso de misterio, por segundo año consecutivo, lo completaban San Juan, Santiago y una mujer hebrea con un niño en sus brazos. Las imágenes fueron recibidas por una salva de aplausos de los cientos de almerienses allí presentes. La Agrupación Musical de Nuestra Señora de las Aguas de Olula del Río, entonando la Marcha Real, puso la musicalidad a la escena.

Y unos minutos después apreció el paso de la bellísima imagen de Nuestra Señora de la Paz. Su blanco manto recogía los rayos de sol y los devolvía al cielo. La emoción de las costaleras, tanto las que estaban bajo trono, como las que iban tras la Virgen, se veía reflejada en sus rostros llenos de orgullo. Los ojos de los fieles se llenaron de lágrimas al escuchar a la Banda Musical El Castillo de Serón entonar las notas del Himno Nacional, mientras salía su Virgen.

El cambio de itinerario no restó ni un ápice del fervor de los almerienses este Domingo de Ramos. El desfile se dirigió a carrera oficial, donde fue aclamado repetidamente por los fieles, muchos de ellos ataviados con palmas o ramas de olivo en sus vestimentas. Los niños hebreos procesionaban con ilusión por las calles. El cansancio poco a poco hacía mella en los más pequeños, pero los cuidadores y los padres se encargaban de que no faltara un caramelo para paliar su ansiedad, ni un sorbo de agua para calmar la sed. Junto a ellos, los hermanos de la cofradía ofrecían a los almerienses bellas palmas que portaban en sus bandejas, recreando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

La borriquita es, sin lugar a dudas, la más popular de nuestros desfiles procesionales. Y no sólo por los 93 años que lleva procesionando por las calles de Almería. La imagen del Señor a lomos de un sencillo animal, la serena imagen de la Virgen de la Paz con sus costaleras, los niños vestidos de hebreo… Todo ello se conjunta en una mañana soleada para gritar al cielo un año más: ¡hemos venido a aclamar a nuestro Salvador, Hosanna!

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