Pasión cofrade en Ciudad Jardín

Jueves santo

Un Encuentro renovado presentó novedades como los hábitos penitenciales o el andar sobrio y en silencio de sus dos titulares

Encuentro en la plaza de las Velas.
Encuentro en la plaza de las Velas.
María Del Mar Marín

29 de marzo 2013 - 01:00

La tarde-noche de ayer dejó estampas inéditas como la del Encuentro, que realizó su estación de penitencia sin el paso de la santa mujer Verónica, decisión aprobada por el Cabildo General de hermanos hace unos meses, y es que la Junta de Gobierno que preside Paco Vargas quiso que su cofradía se acercase más a una de Jueves Santo. Un cambio que se ha hecho más que notable, la hermandad presentó un aspecto totalmente distinto en la calle, aires renovados para la corporación de San Antonio de Pádua que para dar mayor uniformidad al desfile decidió renovar con mucho acierto los hábitos penitenciales que ayer vestían las decenas de nazarenos, siendo estos de color morado, cíngulo rojo y manteniendo sus característicos petos.

Cerca de las siete de la tarde la cruz de guía abría el cortejo, una Plaza de España expectante para recibir al Señor de Ciudad Jardín, maestría y buen hacer de sus costaleros comandados por el experimentado capataz Francisco Javier Giménez, paso largo y racheao y en silencio, sin música alguna, otra novedad más de este Jueves.

Tras el tramo de nazarenos que acompañaban a la Amargura cruzaba el dintel de la puerta la Señora, madre de todos los vecinos del populoso barrio almeriense de Ciudad Jardín, lucía radiante en su paso, finamente ataviada por el vestidor Juan Rosales que le ha devuelto ese toque intimista y sobrio que caracterizaba a la imagen. A las 21:00 horas tenía lugar el ya tradicional encuentro en la Plaza Circular, pero una de las estampas más bonitas del Jueves Santo se produjo tras salir de Carrera Oficial, la cofradía decidió alargar el recorrido y llegar hasta el Convento de las Claras, congregación religiosa muy unida a ellos,ya que fue aquí donde se fundó en 1928.

Recorrió el cortejo calles tan cofrades como Jovellanos y Lope de Vega, hasta llegar a la Plaza de la Catedral donde recordamos tiempos pasados cuando el citado encuentro se realizaba en esta. En aquellos años el Nazareno realizaba su salida desde las Claras, por otro lado la Amargura lo hacía desde la Catedral, después del encuentro, el obispo, por entonces Alfonso Ródenas García, salía al balcón episcopal e impartía la bendición a los fieles. Momentos vividos en la Plaza del templo catedralicio que nos llevaron años atrás. Esta vez una abarrotada plaza recibía a la cofradía para despedirla por Cubo de regreso a su templo.

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