Semana Santa

Procesiones y Viacrucis en la Almería antigua (III)

  • El Archivo Municipal custodia un documento esencial para el estudio de la Religiosidad Popular

  • En él se da cuenta del primer viacrucis local (siglo XVIII) con ‘calvario’ al pie de la Alcazaba

  • Horarios e itinerario de la Semana Santa

Cruz pasionista en calle Soto.

Cruz pasionista en calle Soto.

Fin de la triada dedicada a los cultos devocionales en el exterior de los templos. La Orden Tercera nos lega noticias fragmentadas, pero no sobre cultos externos en Semana Santa. De Jesús Nazareno no he visto publicados sus estatutos en archivos y bibliografía manejada. En el convento de La Trinidad (en su segundo emplazamiento de la calle Real de la Cárcel) se establecieron la del Santísimo Cristo de Cabrilla y del Señor San Pedro. A la vista del inventario de bienes propios redactado (1797) por el escribano Juan Antº Díaz del Corral, me aventuro a afirmar que el Cristo de Cabrilla sí paseo las calles de la Almería a intramuros:

... Doce hachas enteras de cera y 40 medias; dos estandartes nuevos de damasco; un guión de felpa negra con escudo y cruz grande de plata; otro viejo de damasco y unas andas de madera con ocho escudos pequeños de plata...

Cruz en calle San Juan. Cruz en calle San Juan.

Cruz en calle San Juan.

Otrosí. Cofradía del Señor San Pedro (año 1713):

... Era también obligación de la hermandad acompañar con cera, túnicas negras de lienzo, estandarte y guión, el entierro de Cristo durante la Semana Santa... Presumiblemente en una urna funeraria portada por anderos.

Entierro del Cristo

El más señero de los cortejos contemporáneos supone un hecho atípico ya que como asociación reglada canónicamente su creación (abril, 1923) es relativamente reciente: Real e Ilustre Cofradía del Santo Sepulcro y Ntra. Sra. de los Dolores. Con reservas muy puntuales rescato lo publicado en el boletín Santo Sepulcro Semana Santa-98 por Emilio Salort. Trabajando en el archivo de la Casa de Medina Sidonia, histórico Provincial de Jaén y Almería, dicho autor da cuenta del empadronamiento en la ciudad (al parecer durante el siglo XVIII) de la familia Vílches, procedentes de Jaén; apellido que desde entonces, y a sus expensas, se hizo cargo de la procesión del Entierro de Cristo, aunque sin mayor concreción ni aporte documental. Continúa narrando el orden del desfile, Imágenes, pasos, atuendos de los portadores, etc.

Hay quienes afirman que como cortejo oficial reanudó su actividad en 1849 y quien discrepa, señalando 1860. De sus relaciones con el Ayuntamiento, o sobre la política de subvenciones municipales a cofradías en la centuria decimonónica ya me ocupé detenidamente en distintos reportajes en Diario de Almería. Ensayo que pretendo retomar el próximo año con motivo de su centenario fundacional.

Noticias sobre Viacrucis

La práctica del víacrucis corre paralela en antigüedad a las procesiones pasionistas de luz y sangre. Introducidos en España por frailes franciscanos, gozaron en Almería de una sólida implantación. Téngase en cuenta la pronta erección del convento de San Francisco por la Corona de Castilla y que dos influyentes obispos, Diego Fernández de Villalán y Juan de Portocarrero, pertenecían a dicha orden mendicante. Simbólicas calles (Triunfo, Cruces, Calvario Bajo y Alto) en las cercanías del primitivo cementerio y ermita de Belén, certifican que por el barrio de Las Huertas discurría el víacrucis iniciado en el templo de San Sebastián extramuros. Así sucedía con el organizado a partir de 1805 por la cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio los viernes de Cuaresma. Fieles, sacerdotes y hermanos se hacían acompañar de una cruz de madera, guión, estandarte con la pintura de las Benditas Ánimas, cuatro faroles y veinticuatro hachones de cera. Del itinerario guiado por Antonio Andrés Díaz -a instancia de la AA.VV. Casco Histórico- dimos oportuna cuenta en la prensa local.

Con anterioridad, otro tanto acaeció por el entramado urbano de La Almedina. Intrincadas callejuelas aledañas a la Alcazaba llevan rótulos alegóricos: 1ª Cruz, Cruces Alta y Baja, Duda, Púlpito o Encuentro. En cambio, la de Descanso no obedece a tal práctica aunque erróneamente se le haya atribuido. Sin género de dudas estas fueron testigos de tan pía costumbre cuando -en el ocaso del siglo XVIII- la secular Madina comenzó a recobrar su pasado esplendor. Los cronistas Joaquín Santisteban y Francisco Jover (<Las calles de Almería>) las glosaron adornándolas de leyendas. Tapia se hizo eco de ellos en <Almería, piedra a piedra>.

El Cristo de Cabrilla y el Señor San Pedro salían en procesión del convento Trinitario

De finales del s.XVIII data un memorial en el Archivo Municipal “Adela Alcocer” confirmatorio de lo fabulado posteriormente. Por la originalidad del mismo -inédito hasta que lo di a conocer en Diario de Almería- transcribo literalmente la instancia elevada al Ayuntamiento (1793, 15 de enero: legajo 1007) por vecinos celosos del buen ornato del lugar donde floreció un popular viacrucis:

A la Muy Noble y Leal Ciudad de Almería.- Bernardo Gómez, Josép Muñoz y Josép Martínez, vecinos de esta ciudad, con el más humilde y debido respeto a V. s.s. dicen: Que estimulados de la caridad Christiana y deseando impedir quanto esté de su parte las reparables faltas de la debida decencia que se advierte en el Calvario del Barrio de la Almedina, por lo desigual y demasiado que se eleva por algunos sitios, que ofende aún a los menos piadosos quando se concurre al ejercicio Santo del Vía Crucis con personas de otro sexo, han determinado (mediante alguna limosna que han cogido, y lo restante que costean por sí), colocar en mejor sitio las últimas Cruces, llevando camino franco, y proporcionando a que los que concluyan su exercicio no tengan que volver atrás, y mezclarse con los que vienen principiando; y que su proporción sea en términos que nada haya reparable en la mezcla de hombres y mujeres. Y mediante a que tan piadoso medio no puede verificarse sin que para su logro se quiten algunas pencas de las muchas que en tal sitio se hallan: por tanto=

Suplican a V. s.s. que por un efecto de su Christiana piedad se sirvan darles su permiso para que se corten aquellas pencas que basten a facilitar el propuesto Camino del Calvario, en el modo y forma que lo tienen proyectado: cuya labor, que cederá en honor a Dios, y utilidad espiritual de este pueblo, no dudan los suplicantes conseguirlo del acreditado celo y Religión de V. s.s. cuyas vidas Él mismo guarde.

Entierro de Cristo. Entierro de Cristo.

Entierro de Cristo.

Ciudad, Justicia y Regimiento acordó en el mismo día dar la oportuna licencia, siempre que no hubiera grave perjuicio y corriendo los gastos por cuenta de los suplicantes. Hay considerandos que nos mueven a la reflexión (afluencia de público, división entre sexos, etc.), quedándonos ciertas interrogantes por despejar: días y horas, parroquia a la que estaban adscritos, recorrido calles transitadas, ritual y enseres, paradas, inicio y regreso...; a las que con suerte esperamos en su momento dar repuesta.

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