Sobriedad para transmitir la fe desde el Zapillo

Eran las siete en punto de la tarde de este pasado Lunes Santo cuando centenares de almerienses se agolpaban en las puertas de la Iglesia Parroquial de San Pío X, en el barrio del Zapillo. Esperaban ansiosos, con fe y devoción la salida de sus amantísimo titular, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

Silencio absoluto. El diputado mayor tocaba a la puerta para avisar a la cruz guía de su inminente salida. Guiado por la voz del capataz Luis Corpas, además de sus todos sus auxiliares Ángel Toro, Antonio Benavides, Antonio Toro y Héctor Martínez, el paso de misterio de la hermandad enfilaba el camino hacia la calle.

Con una andar sobrio pero firme la cofradía pone rumbo al centro en una tarde típica primaveral, seguida de una gran cantidad de vecinos del Zapillo que, año tras año, recorre la Avenida Cabo de Gata para acompañar a su titular hacia la Carrera Oficial.

El paso lucía un exorno floral compuesto por claveles rojos color ‘sangre de toro’. En cuanto al cortejo contaba con unos cien nazarenos aproximadamente, que lucieron un hábito negro con un cinturón de esparto en el cual apoyan los ciriales las filas de nazarenos alumbrando el camino de nuestro padre Jesús del Gran Poder. En lo referente a los estrenos podemos destacar la restauración del llamador y de dos báculos, y a su vez, nueva bandera en terciopelo. Ya había caído la luz del sol cuando el paso de misterio enfilaba la Avenida Cabo de Gata para pasar por debajo del Cable Inglés, recién abierto el mirador para los ciudadanos, algunos de los cuales podían ver en lontananza la cruz de Cristo ganando metros en su estación de penitencia hacia el centro de la ciudad.

A las 22:00, los miembros de la hermandad y los fieles que les acompañaban disfrutaron de una saeta que organiza la Peña Flamenca ‘El Morato’, pero sin parada de la imagen. A las 22:50 la hermandad salía de la carrera oficial y tomaba rumbo de vuelta a su barrio en pleno silencio por la Avenida Cabo de Gata. Ya solo se escucha el rachear de los costaleros tras el paso. Una multitud de personas espera la llegada del Cristo a su barrio del Zapillo un año más y lo despedía con lágrimas en los ojos hasta la Semana Santa de 2024.