Nada más y nada menos que 250 años se cumplen de la fundación de la Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de los Dolores, la Soledad, como se le conoce popularmente. 

A las ocho de la tarde el portón lateral de la Iglesia de Santiago se abrió para dar salida al cortejo procesional. Los nazarenos, en riguroso silencio, se dirigieron, pasando por la calle Virgen de la Soledad, hacia la Plaza Flores.

El color negro de las túnicas de los penitentes, del manto de la Virgen y de las mantillas simbolizaba el luto en la noche almeriense del Viernes Santo. 

El primer paso, el Misterio de la Vuelta al Sepulcro, rememora la vuelta de la Virgen María, acompañada de las Santas Mujeres y los Santos Varones, al sepulcro de Cristo. En el segundo paso, la desolada imagen de la Virgen de la Soledad, con su corazón atravesado por siete puñales, rasgaba las almas de los fieles.