En la Calle de las Tiendas eran las 20:15 cuando la cruz de guía anunciaba la salida de la Hermandad de la Soledad en un nuevo Viernes Santo. Para este año contaba con aproximadamente 200 personas que realizaron estación de penitencia alumbrando el camino de San Juan y la Virgen de los Dolores, de los cuales, unos 150 portaron el hábito de nazareno compuesto por sarga negra de cola con escapulario.

Eran las 20:20 cuando el misterio salía a la calle. Llevado por Jorge Alonso Ramírez, en el cual procesiona San Juan Evangelista. Se trata de un paso que representa el regreso del sepulcro de la comitiva que acompañaba a la Virgen María tras darle sepultura a Jesús. Este grupo no regresa sin la presencia de la Virgen, como figuran en el paso, sino que la acompañan tras enterrar a su Hijo.

La Virgen no se encuentra en el grupo escultórico del paso porque procesiona sola en su propio trono, como manda la tradición. Nuestra Señora de los Dolores, a la voz de los capataces Basilio y Agustín García Navarro, atravesaba lentamente y en riguroso silencio el dintel de la Parroquia de Santiago para fundirse con el pueblo un año más en Semana Santa. Recordemos que el pasado Viernes de Dolores realizó la subida al cerro de San Cristóbal con el rezo del Rosario, como es habitual cada previa de la Semana Santa en la capital almeriense.

Nuestra Señora de los Dolores representa a la Virgen María en su soledad al regreso del sepulcro tras sepultar a Jesús. Ambos pasos fueron exornados por Francisco Valdivia Casas. Excepcionalmente, este año por motivos personales, fue vestida por Álvaro Abril Vela en vez de Juan Rosales Hermoso el cual ha ataviado a nuestra Señora de la Soledad en años anteriores.

Eran en torno a las 21:30. Desde un balcón de la Plaza Careaga nuestra Señora de los Dolores recibió una saeta sin parada de la imagen. La hermandad entraba en carrera oficial, y sobre las 22:35 realizaba su salida poniendo rumbo de vuelta a la Parroquia de Santiago. Eran cientos los almerienses y devotos que esperaban en la calle de las Tiendas y, especialmente, a las puertas del templo para ser partícipes de la recogida de Nuestra Señora de los Dolores, donde recibió múltiples saetas y el cariño de un pueblo que nunca le falla los Viernes Santos.