‘El Castigo’ de un barrio que siente la Unidad

Sábado de Pasión

Piedras Redondas vuelve a responder a la salida procesional de su hermandad

El cortejo estuvo arropado desde los primeros momentos

Procesión de la Hermandad de la Unidad.
Javi Gálvez

14 de abril 2019 - 05:00

El momento de que volvieran a sonar los acordes de la marcha ‘El Castigo’ llevaba esperándose en el barrio de Piedras Redondas desde que, hace un año, la última vela de la candelería de María Santísima de la Unidad cruzó la puerta de la Iglesia de San Ignacio de Loyola.

Por ello, cuando aún faltaba más de media hora para que la cruz guía abandonara el templo, los vecinos comenzaban a ocupar las aceras para poder encontrar la ubicación perfecta para la salida de sus titulares.

El reloj marcaba las 20:30 horas y, unos segundos después, los nazarenos descendieron por Sierra de Gredos. Estos iban perfectamente ordenados y vestían túnica y antifaz negro, así como capa y cíngulo burdeos.

Al fondo, todavía en el interior, se veía al primero de los pasos. El Santísimo Cristo de la Paz, portado por una cuadrilla comandada por Luís Corpas, avanzó hasta que el momento llegó: la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Carmen interpretó ‘El Castigo’.

Palio de María Santísima de la Unidad.
Palio de María Santísima de la Unidad. / Javi Alonso

La cita habitual ya se había producido, pero la emoción solo acababa de empezar. Haciendo honor la nombre de la hermandad, el barrio estaba unido en las calles mientras los costaleros realizaban cambios a los sones de cada una de las marchas.

El primero de los pasos de la Hermandad de la Unidad ya se había introducido en las estrechas calles de las calles adyacentes a su templo y nadie se movía porque quedaba por producirse el momento de la salida del palio.

Con un ligero vaivén de las bambalinas, Israel Alarcón, el capataz, iba dando las órdenes precisas para que María Santísima de la Unidad superase la maniobra de salida de su Sede Canónica. A su vez, la Banda de Música Los Iris de Instinción volvían a poner sus sones tras la titular mariana de la Hermandad del Sábado de Pasión.

Era en el paso de palio donde se encontraban las principales novedades de este 2019. Así pues, la Unidad presentaba un tocado de seda blanca bordado en oro, dos enaguas y camisón.

La climatología se había encargado de poner la guinda a un Sábado de Pasión digno de ser recordado. La temperatura primaveral que había sobre la capital de Almería permitió a las cuadrillas trabajar sin problemas para que los fieles pudieran observar, tras la larga espera, la salida procesional de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Paz y María Santísima de la Unidad.

Los rayos del sol se marcharon del todo y llegó el recogimiento. Un escalofrío recorría a los presentes al mismo tiempo que el olor a incienso iba haciéndose cada vez más intenso con el transcurrir de la Cofradía por su itinerario.

Poco a poco, el cortejo fue llegando a uno de los lugares que más cofrades reúne de la totalidad de la Semana Santa. Este se el paso de ambas imágenes por la calle Sierra de Fondón.

La noche era intensa, pero lo que más destacaba era el hecho de que no cabía nadie más en aquel lugar.

Disfrutando de cada instante, el paso de misterio volvía a la Iglesia de San Ignacio de Loyola con la forma de andar que caracteriza a sus costaleros.

Justo detrás, los músicos almerienses de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Carmen enlazaban una composición tras otra hasta el segundo exacto en el que Luís Corpas exclamó qué había que hacer para estar más cerca de la casa de la Hermandad.

De todos modos, al Sábado de Pasión todavía le quedaban historias para el recuerdo. Con mucho mimo, el paso de palio de La Unidad entró en la calle Sierra de Fondón y una lluvia de pétalos comenzó a caer desde las casas de los alrededores.

‘El Castigo’ más esperado del año, el de Jesús de la Paz y La Unidad, estaba llegando a su fin. Ya entrada la madrugada del Domingo de Ramos, los dos titulares avanzaban por Sierra de Gredos.

Los asistentes volvieron a dejar pequeña la ancha avenida que da acceso al templo del barrio de Piedras Redondas. No en vano, nadie quería perderse el regreso de la cofradía.

Sin que los vecinos fueran capaces de contener las lágrimas, Los Iris tocaron el ‘Himno Nacional’, que despedía la jornada del Sábado de Pasión.

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