EL ARTÍCULO

Una cofradía indaliana y carmelita, El Calvario

  • Estar en el templo de San Roque en Pescadería-La Chanca es un auténtico gozo espiritual

Procesión del Calvario Procesión del Calvario

Procesión del Calvario / Rafael González

Hace algunos años, cuando se constituyó a nivel eclesiástico esta Cofradía del Calvario, no tardé ni un minuto, en solicitar vincularme a la misma, ya que desde su creación como Pre hermandad, los carismáticos José Antonio García Pardo y Juan Espinosa García, me invitaban como relator a presentar al presentador del cartel propio de esta Hermandad para la Semana Santa y otras efemérides, como la bendición sagrada de las imágenes al pie del Calvario que procesionan en la Estación de Penitencia el Miércoles Santo.

Estar en el templo de San Roque en Pescadería-La Chanca es de un auténtico gozo espiritual, porque si algo caracteriza esta comunidad cofrade es su austeridad y sobriedad, así como, su silencio de negro ruan, en sus actividades y actos litúrgicos que llevan a cabo. Gentes del barrio más vetusto de esta milenaria Almería, en donde se hace visible el aliento espiritual de la religiosidad popular en sus calles con fragancias a la mar, que tan bien describiese en su día Jesús de Perceval, Juan Goytisolo y Carlos Pérez Siquier, entre otros, intelectuales, sobre todo los que integraban el Movimiento Indaliano.

Por eso esta Cofradía del Calvario lleva en su sello el carisma indaliano, que tan magníficamente representaban a nivel pictórico y en la literatura, elevando este Barrio en su conjunto, a un conocimiento, no solo nacional, sino internacional, por la idiosincrasia personalísima y singular, carisma que vino a reforzarse con la fundación de la Cofradía del Calvario en la iglesia parroquial de San Roque, cuyo rectorado corresponde a los Padres Marianistas. Permitidme licencia para testimoniar nuestro homenaje, hoy y en este sucinto artículo, a toda la familia y difuntos de nuestra cofrade Salud Sánchez Paredes.

Su otro carisma, la devoción y el fervor a la Virgen del Carmen, protectora de los vecinos y vecinas de La Chanca-Pescadería en su dedicación al mar como aliento espiritual para poder sobrevivir en este mundo de tantas turbulencias y tribulaciones, y que con su esfuerzo contribuyen a mantener viva una de las tradiciones más populares de la cristiandad, la del Monte Carmelo. Impresiona ver y mirar con unción y pasión a la Virgen del Carmen realizada por el mejor escultor imaginero que ha tenido Almería, Jesús de Perceval, antes del comienzo en la tarde noche de la Estación de Penitencia.

Continuo con la breve exposición, me quedan pocas líneas. Cómo no iba a pertenecer a esta Cofradía, cuando recuerdo mi niñez en los años sesenta del anterior siglo, que muchas veces íbamos en busca de mi padre, Juan Aguilera Ruiz, que regentaba un bar en un inmueble hoy desaparecido junto al ancla, y que tras cerrar el negocio, íbamos al puerto pesquero a ver como llegaban los barcos de faenar o comprar hielo en la fábrica que estaba allí mismo, para después volvernos a casa en un Simca 1000. O quién me iba a decir que un compañero de clase de E.G.B., por un curso no nos pilló el Bachiller Elemental, iba a constituirse en el mejor gestor cultural de este barrio La Chanca-Pescadería, José Campoy.

La Cofradía del Calvario está ubicada en la Chanca-Pescadería, como también lo expresó Tico Medina: rabiosamente iluminada, restallante de colores y de luces, y las grandes barrigas abiertas de las barcas de artesanía con la proa apuntando al mar y el ombligo aun en la arena de la playa. A la Cofradía del Calvario, aplicaría el mismo concepto que tengo de este núcleo urbano, en donde la periferia se hace centro, y el centro periferia, y que reseño a continuación: La Chanca-Pescadería nunca tiene las puertas cerradas. Es ésta una gente hospitalaria, marinera, salobre, salitrosa. Es ésta una gente tierna y dura, poética. Aquí, en donde se secaban las redes a pleno sol y se tensaban las maromas de las artes de pescar, y se enderezaba el hilo de la rueca, que manejaban los hombres y mujeres curtidos en sobrevivir con sonrisa y felicidad.

Pues con este concepto, que creo, mejor dicho afirmo, que comparten todos los cofrades hermanos de esta penitencial Cofradía, que tiene su sede canónica en uno de los más luminosos rincones de la tierra, es donde día a día, con vocación cristiana, católica y cofrade, El Calvario, hace su apostolado seglar, bajo la dirección espiritual de los Padres Marianistas, para acercar y mantener en el Misterio de la Fe de la Humanidad en la Beatísima Trinidad, a residentes o no del Barrio de la Chanca–Pescadería, especialmente y actualmente cada Miércoles Santo con el Santísimo Cristo del Mar, María Santísima de las Lágrimas y San Juan Evangelista.

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