Semana Santa 2023

La luz del Domingo de Ramos

  • Luz en el sentido más metafórico de la palabra, en el mensaje que pueden llegar a transmitir cada una de las imágenes que hoy veremos

Jóvenes costaleros de La Milagrosa.

Jóvenes costaleros de La Milagrosa.

Domingo de Ramos de la Semana Grande de nuestra Almería. Hoy, son cuatro las hermandades que procesionan por nuestras calles (La Borriquita, Los Ángeles, La Cena y La Estrella) y, aunque a simple vista todas ellas tengan solo en común que realizan su estación de penitencia hoy, lo cierto es que yo también veo un nexo que comparten todas: la luz. Luz en el sentido más metafórico de la palabra, en el mensaje que pueden llegar a transmitir cada una de las imágenes que hoy podremos ver.

Si comenzamos por Nuestro Padre Jesús de la Victoria en su entrada triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz, la luz que desprenden está clara. No hay nada más que recordar las escrituras para recordar el bullicio que provocó la llegada de Jesús a Jerusalén y toda la gente que quiso estar presente en este momento, incluidos los niños… eso niños que son la luz de nuestros ojos, que describen a la perfección a la bondad, sencillez e inocencia… características de irradian luz y que, no olvidemos, es la llave para entrar en el Reino de los Cielos. Poco más que decir de una Madre que representa paz… esa que siempre necesitamos en forma de consejo, abrazo y comprensión, la luz que solo una madre nos puede dar en diferentes circunstancias de la vida.

Pasamos a la luz de la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad. A Jesús se le conocía por cómo partía el pan, máxime cuando resucitó y los apóstoles lo reconocían por ese gesto… en las tinieblas que se creían que estaban, ese simple gesto les devolvía la luz. Una luz que siempre está presente en las comidas que hacemos con nuestros amigos, como hizo Jesús con los suyos, y sobre la cual nos reunimos para charlar, recibir consejos, compartir o contar nuestras penas… una luz que solo la amistad puede dar. Mientras, una madre que representa fe y caridad. Unos adjetivos que si convertimos en valores, nos servirán de luz para nuestro caminar y conseguir aquello que nos propongamos, a la vez que ayudar a la persona que esté necesitada: no solo de lo material, sino de aquello que no se puede medir (abrazos, besos, compañía, detalles, sonrisas…).

En esta línea va el Santísimo Cristo de la Misericordia en su crucifixión y María Santísima de los Ángeles. Cuánta luz puede llegar a desprender el practicar la misericordia: ofrecer ayuda y perdonar, de corazón, desprende una luz especial que solo las personas que la han llegado a practicar alguna vez saben de qué va. Mientras, una madre de los ángeles. ¿Acaso no los hemos visto alguna vez? Han llegado en forma de amigo, compañero, conocido o incluso desconocido que nos ha aportado aquello que hemos necesitado en el momento preciso. Sin saber por qué, ha dado con la tecla que nos ha ayudado en aquello que necesitábamos para afrontar algo e incluso comprender por qué tenemos que perdonar.

Me dejo para el final a Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Estrella. A medida que vamos creciendo, nos vamos encontrando con multitud de obstáculos que tenemos que ir superando, algunos de ellos con fácil solución y otros que nos provocan una pena y tristeza difícil de superar. Parece que la luz se ha apagado… pero no es así: Jesús nos recuerda una y otra vez que el grano de trigo muere en la tierra para dar fruto, para dar una nueva luz que nos ayudará a seguir caminando, con más fuerza si cabe. Mientras, una madre y las estrellas. ¿No son las estrellas de por sí luz? Quizás, todo sea cuestión de estrellas: en el infinito de la oscuridad, de la no luz, podremos encontrar infinitas estrellas que nos ayudarán con su luz en nuestro caminar.

Hoy, Domingo de Ramos, nos conviene recordar que siempre, pase lo que pase, encontraremos luz.

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