Son días los que están por venir que se disfrutarán con cada paso por la calle pero de igual manera en los bares y restaurantes, donde se analizará cada jornada de la Semana de Pasión y se compartirá como es obligado.

En la bodega Montenegro está ya todo preparado para que los fieles acudan a ese rincón de la Plaza Granero, muy próximo a la Catedral, donde desde 1949 se lleva viviendo con emoción los días en los que la fe paraliza las calles de la ciudad. Siempre han estado al pie del cañón para dar a los clientes el mejor servicio posible. Para 2024, ilusión renovada y una carta que aúna las mejores tapas de siempre, las que se preparan con esmero en cada rincón de la provincia desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección.

Javier y José Ibarra posan juntos.

Posan ante la cámara de Marian León los clásicos como los boladillos de bacalao, que se puede degustar a su vez con tomate, o el tabernero. Un menú en el que se observa lo mejor de los productos que ofrece la tierra almeriense y que son motivo de orgullo el resto del año. Se aprecia la imagen pero no el aroma que dejan todas las tapas reunidas al alimón y listas ya para ser catadas. Se trata de uno de los mayores momentos de venta de todo el año en los espacios hosteleros del centro, donde confluyen todas las procesiones que alcanzan la carrera oficial.

Uno de los restaurantes con mayor tradición entre los almerienses que quieren disfrutar de un rato de bebida y comida es el ‘Casa Puga’, miembro del olimpo mundial de los restaurantes para el prestigioso portal de reseñas ‘Trip Advisor’, que lo destacó hace unos meses a nivel global. Abierto en 1870 destaca por ser uno de los más longevos de cuantos se encuentran en la capital. Ofrece un completo ambiente cofrade que merece ser visitado una vez más por quien es cliente habitual y por el visitante que bucea en estas líneas en busca de un negocio que valga la pena. Cuelgan de su pared algunas de las imágenes veneradas por las distintas hermandades en todo este tiempo. En la Calle Jovellanos, a escasos cinco minutos del epicentro de la devoción, el Paseo de Almería.

El bacalao con tomate, un clásico que no puede faltar.

Son solo dos de los espacios fundamentales para tapear durante los siete días de pasión que quedan por vivirse aún. Merecen completar la nómina de restaurantes aclamados en esta crónica el ‘Bahía de Palma’, ubicado en la calle Mariana, que ofrece la solera de toda una vida dedicados al mundo gastronómico con sus potajes como estrellas de la carta. Y para quien quiera sentarse en una terraza y ver los pasos por la calle, merece la pena la terraza del 'Barea', caminando desde la Puerta Purchena hasta Alcalde Múñoz.