La localidad de Abla vive con fervor la tradicional semana grande, su Semana Santa. Los actos oficiales de la Semana Santa comenzaron el Viernes de Dolores, 31 de marzo, con una santa misa a las ocho de la tarde, veneración de la Virgen de los Dolores y viacrucis de las familias por las calles del pueblo.

Para el Domingo de Ramos, está prevista la celebración de la procesión de las Palmas, una tradición que data del siglo XVIII.

Ya el Miércoles Santo tendrá lugar la Santa Misa a las 19.30 horas y la salida procesional del Santo Cristo de la Paz, en la que a su paso se apagan todas las luces y los vecinos encienden velas y braseros en las puertas de sus casas dando la bienvenida al Cristo.

El Jueves Santo tiene lugar la celebración del El Santísimo en la iglesia parroquial de la Anunciación. Por la tarde, procesiona la Hermandad de Nuestro Padre Jesús, con los pasos del Cristo Eucarístico, Nuestro Padre Jesús en el Huerto de los Olivos, el Señor de la Columna, San Juan y la Virgen de los Dolores.

El Viernes Santo se celebran diversas procesiones: el Vía Crucis (con el Señor Crucificado), El Paso (con la Virgen de los Dolores, San Juan, Nuestro Padre Jesús y La Verónica), el Santo Entierro (con la Virgen de Las Angustias, el Santo Sepulcro y el Ecce Homo) y La Soledad, también llamada El Silencio (con la imagen de la Virgen de los Dolores).

Jóvenes abulenses con el traje típico de la fiesta de la Cardoncha, recordando los de la milicia de Abla.

El Sábado Santo se celebra una Misa. Durante el Gloria, tocan las campanillas los acólitos y repican las campanas de la torre. Se abren entonces las puertas del templo y entra en procesión la Hermandad del Resucitado, vestida de gala, portando a hombros la imagen de Cristo Resucitado, que procesionan en el interior del templo parroquial. Se conoce popularmente como Entronización del Resucitado.

El Domingo de Resurrección sale en procesión el Resucitado, y por la tarde se celebra la Cardoncha, una tradición cuyos orígenes datan del siglo XVI, cuando se crea la milicia local de Abla por el concejo de la villa. Era una formación cívica armada que se constituyó en el siglo XVII en hermandad religiosa bajo la advocación del Resucitado. El Domingo de Resurrección, festividad de esta milicia, tenía lugar el ceremonial religioso-miliciano que se ha transmitido de generación en generación y que es uno de los mayores atractivos de la comarca en estas fiestas.