Enfoque de domingo | Falta de médicos

“Me fui porque me quedé en paro sin ningún tipo de contrato”

  • La falta de trabajo y las mejores condiciones laborales hicieron inevitable que el gaditano José Alberto Mellado buscara trabajo de geriatra en La Haya. Su sueldo triplica la retribución de sus colegas en Andalucía

José Alberto Mellado, geriatra gaditano, en la ciudad holandesa donde trabaja, La Haya.

José Alberto Mellado, geriatra gaditano, en la ciudad holandesa donde trabaja, La Haya. / D.C.

José Alberto Mellado es médico gaditano, uno de los miles de facultativos españoles (posiblemente más de 20.000 en los diez últimos años, según los Colegios Médicos) que se han ido a trabajar al extranjero en los últimos tiempos. Ese es el número de certificados de idoneidad, documento necesario para salir, pedidos por los españoles en ese periodo a los colegios médicos. Naturalmente, no todos terminan ejerciendo fuera de España, pero esos certificados son un referente inequívoco de intenciones. Unas cifras que se mantienen en alrededor de los 3.000 por año desde 2015. Si nos atenemos a la provincia de Cádiz, el Colegio Médico Provincial emitió el pasado año un total de 43 certificados de idoneidad, de los cuales 25 se solicitaron para trabajar en el extranjero. En 2017 fueron 38, y 34 en 2016 los médicos de Cádiz que salieron de España. 97 en tres años.

José Alberto, nacido y formado en Cádiz, trabaja como especialista de Geriatría interconsultor en un centro geriátrico en La Haya, capital de Holanda (no precisamente el destino más solicitado, que son Gran Bretaña y Francia), a donde se trasladó en 2013, precisamente en la época en que se dio un mayor incremento de las solicitudes de certificado. “Mi situación económica era insostenible –cuenta–. Me quedé en paro sin ningún tipo de contrato de forma continuada durante varios meses. Mi situación era doblemente complicada porque mi especialidad, que es la Geriatría, no está reconocida en el sistema sanitario público andaluz y siendo especialista no podía formar parte de la bolsa, lo que con los recortes tan drásticos equivalía a que no había lugar para mí”.

José Alberto, licenciado en Cádiz, hizo la especialidad de Geriatría via MIR en Toledo, y volvió a su tierra “con la esperanza de poder ejercer como especialista de Geriatría pero sólo conseguí algunas incursiones en residencias, y varios años trabajando en Urgencias a todos los niveles, Atención Primaria, DCCU y Urgencias en el hospital Punta de Europa y en el hospital de Jerez...”

Expulsado de aquí por las circunstancias, tuvo que aprender holandés “en el tiempo récord de seis meses y empezar de cero en un país muy distinto culturalmente”, razones tal vez por las que afirma que volvería a Cádiz en cuanto pudiera y “si hubiera perspectivas de trabajo”, según matiza con rotundidad. “Aunque me va muy bien y me siento realizado”, aclara.

Un factor indudable que le mantiene en Holanda, aparte del mismo hecho de tener un empleo, es el salario: “El sueldo bruto mensual del médico de Atención Primaria aquí ronda los 6.600 euros, y los especialistas varían, pudiendo llegar hasta 11.600”. Son cantidades que doblan y triplican lo que se cobra en Andalucía. Pero hay otros elementos, como la consideración por parte de las autoridades médicas: “El profesional médico está muy valorado, y éste determina gran cantidad de decisiones que estén en su área de influencia. Continuamente se incorporan los profesionales a los comités y consejos para las políticas de gestión sanitaria. Aquí me siento muy valorado y ellos no comprenden cómo en España pueden dejar escapar a tantos especialistas formados allí”.

No habría que despreciar el trato por parte de los pacientes: “Son muy respetuosos con los profesionales pero les exigen al mismo tiempo una atención de alta calidad puesto que la relación médico-paciente se asemeja más a una relación comercial. El paciente tiene rigurosa autonomía sobre su persona y el médico no tiene una figura paternalista sino que atiende a su demanda tal y como éste la plantea. Es común que el paciente por ejemplo no quiera tomar pastillas o rehúse pruebas diagnósticas que no considere oportunas”.

Es justo señalar que hay diferencias en el sistema de servicios: “Holanda -explica José Alberto- se rige por el sistema de Seguros Sociales (modelo Bismarck), al igual que Alemania o Francia. Este sistema de salud se basa en que los ciudadanos reciben la atención sanitaria a través de organizaciones privadas, y por lo tanto tanto empresarios como trabajadores pagan cuotas que van directamente a las empresas que gestionan los servicios médicos. En este sistema, el Estado es como un regulador de los servicios pero no los gestiona directamente”. Eso no impide que tengan una gran presión asistencial y problemas con los periodos de vacaciones, pero “el profesional médico tiene mucha libertad en su área de influencia y tiene capacidad para modificar el flujo de pacientes, también cuenta con la ayuda de profesionales de descarga como el asistente médico (figura inexistente en España y equiparable a una enfermera especializada) o el médico de refuerzo. Se puede resumir diciendo que la carga es comparable pero los recursos y soluciones son mayores”.

Es evidente que desde su posición José Alberto tiene un inmejorable punto de vista sobre la situación de la profesión médica en Andalucía: “Necesita un cambio profundo, la gestión sanitaria se ha desvirtuado hasta el punto de centrarse exclusivamente en la obtención de objetivos económicos y no en la calidad asistencial real, de forma que se ha deshumanizado la atención al paciente. Necesitamos transparencia en la gestión, y también es decepcionante la disparidad que hay entre comunidades. En la era de la integración y la tecnología estamos más separados que nunca, en cuanto a recursos, reconocimiento a los profesionales y calidad de la asistencia. Por ejemplo, como he dicho antes, la especialidad de Geriatría no está reconocida en el SAS y eso me produce mucha tristeza porque en otras comunidades sí se ofrece ese servicio a la población anciana. En Andalucía han ideado un plan de atención al anciano cargado de matices políticos donde el especialista de Geriatría no tiene cabida”.

José Alberto critica la “mala gestión” como causa de este panorama “lamentable”.“Se dice que el sistema sanitario de España es uno de los mejores del mundo, y yo lo creo totalmente pero en la realidad hay muchas carencias y debemos ser críticos con nosotros mismos. No se puede trabajar con tanta presión. Aun así, la calidad humana y el compromiso de los profesionales mantiene a flote el sistema sanitario”.

¿Hay soluciones para esto? Estas son las recetas de José Alberto Mellado: “Debe haber un constante espíritu de innovación, y cooperación. Los políticos y gestores que se sientan a dirigir la gestión sanitaria no están al pie del cañón con los profesionales. Los oyen pero no los escuchan y acercar posturas es más fácil de lo que parece, pero claro, eso implica ahorrar también en el presupuesto destinado al mantenimiento de la burocracia. Hay que buscar una forma más creativa de ser eficaz y no sólo presionando a los profesionales”. Él volvería a Cádiz de mil amores, pero no parece que se den las condiciones.

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