Rusia volvió a atacar este jueves varias regiones y ciudades de Ucrania, entre ellas la capital y el puerto de Odesa, donde falleció una persona, mientras que en el bastión oriental de Bajmut está perdiendo la iniciativa ante los contraataques diarios de las fuerzas ucranianas en los flancos en el norte y oeste de la urbe.

Rusia lanzó varias oleadas de ataques desde la noche del miércoles y toda la madrugada de este jueves desde diferentes direcciones sobre el centro y el sur del país, además de Kiev, el noveno bombardeo sobre la capital ucraniana en lo que va de mes.

El bombardeo se produjo mientras el enviado especial de China, Li Hui, aún se encontraba en Kiev, donde mantuvo reuniones para impulsar la iniciativa de paz de Pekín.

Rusia aseguró que destruyó en el bombardeo "reservas considerables de armas y municiones del Ejército ucraniano y se evitó el envío de reservas a las zonas de combate".

Derribo de misiles

Las fuerzas rusas lanzaron 30 misiles de crucero terrestres, aéreos y marítimos, entre ellos Kh-101 y Kh-555, Kalibr e Iskander-K.

La Fuerza Aérea ucraniana derribó 29 de ellos, además de dos drones iraníes y dos vehículos no tripulados de reconocimiento.

El portavoz de la Fuerza Aérea, Yuriy Ignat, explicó que, a diferencia del ataque masivo del martes, que estuvo centrado en Kiev, en esta ocasión Rusia no lanzó misiles balísticos.

El ataque contra Odesa (mar Negro) fue uno de los primeros de la noche. El derribo de dos misiles sobre la zona industrial de la ciudad provocó que fragmentos cayeran sobre edificios de empresas industriales y falleciera una persona, señaló el jefe de la Administración Militar del Distrito de Odesa, Yuriy Kruk, en su canal de Telegram.

En el caso de Kiev se trató del noveno ataque aéreo consecutivo sobre la capital desde principios de mayo, pero más allá de daños materiales no causó víctimas, indicó el jefe de la Administración Militar de la ciudad, Serhiy Popko, en la misma red social.

Ataques ante los reveses en el frente

El secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Oleksiy Danilov, tuiteó que "el Kremlin necesita ataques sin sentido y súper costosos para Rusia en la capital para elevar el grado de histeria patriótica dentro del país".

"En Rusia se está desarrollando un proceso de desesperación y decepción con las autoridades en el contexto del fracaso de la ofensiva y los reveses en el frente", afirmó.

Rusia enfrenta problemas cada vez más acuciantes en su lucha por tomar finalmente la ciudad de Bajmut.

Allí, las fuerzas rusas están perdiendo la iniciativa, pese a los ataques aún limitados de Ucrania en la zona, indicó este jueves el Instituto estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW).

En principio, a los wagneritas sólo les queda por conquistar 1,28 kilómetros cuadrados en la parte occidental de la ciudad o el 2% de la urbe, según el jefe de los mercenarios, Yevgueni Prigozhin.

No obstante, desde el pasado jueves van perdiendo terreno, sobre todo en los flancos norte y oeste de la urbe.

Los ucranianos han recuperado casi 20 kilómetros cuadrados en los últimos días en las afueras de la ciudad y en la última jornada han avanzado entre 150 y 1.700 metros en los distintos flancos, según dijo este jueves el portavoz del Grupo Oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serhiy Cherevaty.

La 3ª Brigada de Asalto del Ejército ucraniano a su vez aseguró en Telegram que ha creado en el oeste una cabeza de puente de 2.000 metros de ancho y 700 de profundidad para una nueva contraofensiva.

Peligra el flanco norte

Prigozhin denunció este viernes que las tropas regulares de Rusia, que en principio deberían proteger los flancos, no sólo han abandonado los flancos noreste y suroeste en los últimos seis días, sino que ahora también retrocedieron hasta 570 metros en el norte, en torno a la localidad de Sacco y Vanzetti.

Esto ha provocado que él pidiera esta misma jornada al Ministerio de Defensa y al Estado Mayor del Ejército, con quien mantiene un duro enfrentamiento, que aguanten "al menos varios días más" los flancos.

Recalcó que los continuados repliegues del Ejército ruso en torno a la ciudad frustran la posibilidad de rodear el último reducto de los ucranianos en el oeste de la urbe.