Un planeta errante devora materia a un ritmo récord

Un equipo internacional de astrónomos detecta el mayor episodio de crecimiento jamás observado en un objeto planetario, lo que arroja luz sobre el origen de estos mundos errantes

Vídeo | Así es Cha 1107-7626

Así es Cha 1107-7626, un planeta errante que crece a ritmo récord / Vídeo: ESO/L. Calçada, M. Kornmesser
Manuela Núñez

02 de octubre 2025 - 19:54

Los astrónomos han identificado un descomunal "estirón de crecimiento" en un planeta errante, objetos que, a diferencia de los planetas de nuestro Sistema Solar, no orbitan alrededor de ninguna estrella y flotan libremente por el espacio.

Las nuevas observaciones, realizadas con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), revelan que este planeta está devorando gas y polvo de su entorno a un ritmo de seis mil millones de toneladas por segundo, el índice de crecimiento más intenso registrado hasta la fecha para un planeta errante o, de hecho, para cualquier tipo de planeta.

"La gente puede pensar en los planetas como mundos tranquilos y estables, pero con este descubrimiento vemos que los objetos de masa planetaria que flotan libremente en el espacio pueden ser lugares muy activos", explica Víctor Almendros-Abad, astrónomo del Observatorio Astronómico de Palermo del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF) de Italia y autor principal del estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters.

Cha 1107-7626

El objeto estudiado, que tiene una masa entre cinco y diez veces la de Júpiter, se encuentra a unos 620 años luz de distancia en la constelación de Chamaeleon. Denominado oficialmente Cha 1107-7626, este planeta errante todavía está en formación y se alimenta de un disco circundante de gas y polvo. Este material cae constantemente sobre el planeta flotante, un proceso conocido como acreción.

Sin embargo, el equipo liderado por Almendros-Abad ha descubierto que el ritmo al que el joven planeta acumula materia no es constante. En agosto de 2025, el planeta estaba acumulando material unas ocho veces más rápido que apenas unos meses antes, alcanzando el ritmo récord de seis mil millones de toneladas por segundo. "Este es el episodio de acreción más intenso jamás registrado para un objeto de masa planetaria", subraya Almendros-Abad.

El descubrimiento se realizó con el espectrógrafo X-shooter del VLT de ESO, situado en el desierto de Atacama, en Chile. El equipo también utilizó datos del telescopio espacial James Webb, operado por las agencias espaciales estadounidense, europea y canadiense, además de datos de archivo del espectrógrafo SINFONI del mismo VLT.

Un origen misterioso que se aclara

"El origen de los planetas errantes sigue siendo una cuestión abierta: ¿son los objetos de menor masa formados como las estrellas, o planetas gigantes expulsados de sus sistemas de nacimiento?", plantea el coautor Aleks Scholz, astrónomo de la Universidad de St Andrews, en Reino Unido.

Los hallazgos indican que al menos algunos planetas errantes podrían compartir una ruta de formación similar a la de las estrellas, ya que estallidos similares de acreción se han observado anteriormente en estrellas jóvenes.

Como explica la coautora Belinda Damian, también astrónoma de la Universidad de St Andrews: "Este descubrimiento difumina la línea entre estrellas y planetas y nos ofrece una ventana a los períodos más tempranos de formación de los planetas errantes".

La actividad magnética, clave

Al comparar la luz emitida antes y durante el estallido, los astrónomos reunieron indicios sobre la naturaleza del proceso de acreción.

Sorprendentemente, la actividad magnética parece haber desempeñado un papel crucial en impulsar la caída dramática de masa, algo que solo se había observado previamente en estrellas.

Eso sugiere que incluso objetos de baja masa pueden poseer campos magnéticos intensos capaces de impulsar este tipo de eventos de acreción.

El equipo también descubrió que la química del disco alrededor del planeta cambió durante el episodio de acreción: se detectó vapor de agua durante el proceso, pero no antes. Este fenómeno se había observado en estrellas, pero nunca en un planeta de ningún tipo.

La dificultad de detectar estos planetas

Los planetas flotantes son difíciles de detectar porque emiten muy poca luz, pero el futuro Telescopio Extremadamente Grande (ELT) de ESO, que operará bajo los cielos más oscuros del mundo para la astronomía, podría cambiar esta situación.

Sus potentes instrumentos y su espejo principal gigante permitirán a los astrónomos descubrir y estudiar más de estos planetas solitarios, ayudándoles a comprender mejor cuánto se parecen a las estrellas en su formación.

Como señala la coautora y astrónoma de ESO Amelia Bayo: "La idea de que un objeto planetario pueda comportarse como una estrella es asombrosa y nos invita a preguntarnos cómo podrían ser los mundos más allá del nuestro durante sus etapas iniciales".

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