Gala semifinal

Benidorm Fest de raíz ¿habíamos menospreciado a la tradición para llevarla a Eurovision?

Blanca Paloma con el 'Eaea' interpretado en el Benidor Fest

Blanca Paloma con el 'Eaea' interpretado en el Benidor Fest

La emoción de raíz, esencial, de nuestra gente, se impuso sobre el escenario del Benidorm Fest en su segunda semifinal. Dos mujeres de raza y rasga, Karmento y Blanca Paloma, impusieron sus peculiares propuestas para hacer temblar el trono que parecía seguro para Agoney, gran triunfador de la primera clasificatoria.

La manchega Karmento se robó en su pequeño terruño de sueños los corazones de la audiencia con quejido y reivindicación. Su Quiero y duelo más que doler fue un soplo de energía que demostró que la tradición presentada con gusto puede poner el pelo de escarpia a Europa.

La ilicitana Blanca Paloma se marcó una bulería electrónica, Eaea, que retumbó con enormes aplausos en la costera Benidorm. Con la experiencia del pasado año, la artista venía a quitarse la espinita de ser finalista en 2022 y vengar a todos aquellos españoles eurovisivos que sin complejos llevaron un trocito de nuestra diversidad cultural al gran escenario del festival de la canción.

Brillaron además Famous con su propuesta latina, el hermoso homenaje al primigenio Festival de Benidorm de Alfred García, la emotiva balada de José Otero y las divertidas propuestas de Rakky Ripper y, sobre todo, Vicco, una de las grandes preferidas del público festivalero.

Menos brillantes estuvieron E'femme, con mucho baile pero algún descontrol vocal, y Siderland con una actuación interesante pero difícil de hilar en la narrativa.

Cualquiera de las dos opciones de raíz, estas dos grandes canciones que han sorprendido en este jueves, constituirían en definitiva mostrar otra cara de España en Eurovisión, desde la tradición renovada y a corazón abierto.

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