Pilar Cernuda
La mayor corrupción jamás conocida
Para los que tengan que pillar su imagen al vuelo de la memoria, Mariví Fernández Palacios era la reportera que estaba en los palcos y tendidos de las plazas de toros en aquellas excepcionales retransmisiones taurinas de Canal + conducidas por Manolo Molés. Era la entrevistadora amable que entraba con el micrófono como una mano tendida a las palabras. Informaba del corazón en la recta final del Hoy por hoy de Iñaki Gabilondo a principios de los 90. de vez en cuando conectaban con el mocoso de la SER en El Puerto de Santa María que se llamaba igual que el que escribe esta reseña. Iban siempre a toda prisa, la escuela de los segundos exactos.
Mariví forma parte de aquel periodismo del corazón anterior a Tómbola y a ese pressing catch de levantar las faldas a las invitadas, como hacía Jesús Mariñas. El vociferío para imponer el chafardeo se impuso como un lamentable espectáculo durante lustros. La fallecida periodista era cronista de la gente con popularidad, de las pasarelas y los front rows, sin tener que herir de manera gratuita y sin excavar en los hígados.
El mundo de los famosos interesa, siempre ha interesado, y aunque parecía no estar de moda tratar a los demás con respeto, la audiencia ha huido de las provocaciones. Con los anóminos ignorantes que sufrimos en las redes tenemos ya bastante. Colaboradora de los tiempos imperiales de María Teresa Campos, como se ha instido en los obituarios de Mariví, mantuvo siempre una actitud cortés y contenida.
Tal vez por eso las acritudes rosas de este siglo la superaron. Su muerte es motivo para recordarla y reclamarla.
Mariví Fernández Palacios ha muerto a los 82 años y aunque su popularidad en los 90 fue con la televisión, se sintió siempre vinculada a la radio. En la SER, en Radio Madrid. Entre los programas donde intervino, Cita a la 5, que conducía Basilio Rogado tras su etapa en Hora 25, llevando a las tardes aquel mismo pulso, en el decisivo para los micrófonos que fue 1981. Era la SER antes de Prisa.
Su momento más prolongado fue con el Hoy por hoy. En la televisión participó en el vespertino conducido por Jesús Hermida, A mi manera, tras fundar el onubense el matinal en TVE y de ahí se quedó en el equipo junto al relevo de Hermiida, María Teresa Campos en Día a día, que de las tardes pasó a las mañanas. Era "la voz de la farándula" antes que el corazón se apropiara de las parrillas y se impusiera el estilo más agresivo de otros compañeros, más fajados en la tertulia viperina de lo que siempre huyó Mariví.
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