Entrevista cancelada

"El yugo y las flechas", el programa de Massiel que prohibió TVE en 1973

Massiel en su victoria en Londres en 1968 con el 'La, la, la' en Eurovisión

Massiel en su victoria en Londres en 1968 con el 'La, la, la' en Eurovisión

La valentía de Massiel se subraya en su intervención en un programa de 1973 que nunca vieron los espectadores de TVE y que se rescató del archivo de Prado del Rey en 2008. La ganadora del Festival de Eurovisión, que entonces tenía 25 años, originó todo un escándalo en la cúpula de la cadena pública por entonces dirigida por Adolfo Suárez. Antes de causar mayores contratiempos entre los espectadores (Franco, por ejemplo, era un adicto a la pantalla) y sobre todo entre el búnker afín a El Pardo se decidió dejar en una cajón la lata con las declaraciones, incendiarias para la época, de una artista que era muy querida por su victoria eurovisiva pero que se la tenía por descarada, contestataria. "Yo soy uno de vosotros, a ver si crees que yo he nacido colgada de un higo", declaró sobre su naturalidad por si quedaban dudas y hasta llegó a detallar su domicilio en Madrid. Si se callaba era "por la censura", "tengo muchas bridas fortísimas en el tribunal eclesiástico y en el tribunal numero uno".

La gente quiere saber fue un programa presentado por José María Íñigo y con guion de Tico Medina que fue muy revolucionario para 1973 y de ahí que pasara de largo para la audiencia. Íñigo ya estaba curtido en Estudio Abierto y esto era ya un salto sin red, aunque grabado, porque era el público el que preguntaba. Si hubiera sido también en directo la entrevistada, mareada en la silla giratoria, hubiera acabado en la cárcel.

Con un plató en disposición asamblearia, con un ritmo de preguntas de ametralladora (más de 200 preguntas en 45 minutos) y con una actitud holgadamente interactiva, entre otras frases Massiel se declaró "antifascista" y jugó con la alusión "el yugo y las flechas", por Falange, cuando le preguntaron por "romper el yugo artístico" de su padre (Emilio Santamaría, promotor musical), del que Massiel habla "como uno de sus mejores amigos": "no hay un yugo, hay un lazo con él".

Vídeo del programa 'La gente quiere saber' con Massiel. Programa no emitido en TVE en 1973

La de Leganitos, orgullosa del origen sefardí del apellido paterno, iba muy por delante de su tiempo y andaba también harta de dictadura. Por eso estaba a favor de la píldora anticonceptiva, pedía el divorcio ("no es que sea conveniente, es urgente, ¿a quién hay que pedírselo?") con una indirecta sobre sufrir malos tratos: "lo que más me duele es que me peguen". Llevaba tres años separada del doctor Luis Recatero con el que convivió durante un año. Reclamaba que lo cultural no era minoritario o cantaba a Bertold Brecht (con el que se identificaba "ideológicamente" al margen de la política "que son palabras mayores") y declaraba entre el silencio del público que "Miguel Hernández es uno de nuestros grandes poetas". Y el lazo de Isabel la Católica lo guardaba en una vitrina, que no llevaba "a las bodas y comuniones".

"Tú has dicho que eres católico, yo he dicho que me han bautizado", replicó a un invitado que quería reprenderle sobre sus opiniones. "Yo creo en Dios pero no soy una beata", incidió.

Este diálogo resume un programa que en 1973 hubiera sido imposible de emitir ya que la memoria de Hitler, literalmente, estaba protegida en la TVE de entonces.

Un espectador, escorado al régimen, quiso ponerla en jaque:

-"En este papelito que me han dado, que es una ficha casi técnica y humana de Massiel, dice que usted es antinazi ¿usted ha leído Mi lucha?

-¿De Adolf Hitler? Cuando era pequeñita pero porque era muy cotilla... ¿Y?

-No nada. ¿Tu antinazismo es porque eres hebrea?

-No, es porque no soy fascista".

Entre otros detalles un asistente le preguntó sobre si se sentía segundo plato cuando fue a Eurovisión. "Lógicamente", respondió, no podía ofenderle que le llamaran después. Si cantó en castellano y no en catalán, como proponía el sustituido Serrat, era porque ella no era catalana, "no tenía que ser pretenciosa, qué leñe".

Massiel estaba en una etapa de su vida que ya no pensaba callarse, reitera en el programa, y hasta reconoció que acudía con un abogado a los medios que tergiversaban alevosamente sus palabras.

En una televisión donde estaban prohibidas las palabrotas, la cantante también admitió ser "bastante malhablada, las interjecciones están pensadas para usarlas".

Recordó entonces que nacer en Madrid era sólo casualidad porque su padre era asmático y no podía residir en Asturias donde se encontraban todos sus familiares. Ella se siente asturiana ("el Cantábrico bravío tira mucho") y cocinaba fabada cada semana. Y sobre si estaba "aburguesada", ella respondía que sólo lucía bisutería y que la sencillez de sus canciones era consecuente con su vida.

Días de tele ha rescatado esta semana fragmentos de ese programa 'maldito' que vio la luz más de 30 años después. Hubiera sido realmente impensable que hubiera sido 'emitible' en 1973, ni siquiera editándolo dadas las continuas declaraciones sinceras de Massiel.

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