Toros

Silvera busca su gran oportunidad en la final del 4 de octubre en Úbeda

  • El novillero onubense logró su clasificación en la semifinal celebrada en la plaza de Aracena

Emilio Silvera es de la partida para la final del ciclo de novilladas que ha promovido en Andalucía la Fundación del Toro de Lidia, Anoet y la Junta de Andalucía como principales patronos.

El onubense es  uno de los nueve participantes que han concurrido buscando ese paseíllo que tendrá lugar el próximo 4 de octubre en la plaza de toros de Úbeda.

Emilio se clasificó para esta plaza en la final tras la semifinal celebrada en Aracena y durante esta semana la preparación está siendo intensa y precisa. No solo a nivel de campo, que es importante, sino también por la promoción que la Fundación quiere conseguir para las caras novilleriles del escalafón.  De hecho, aunque la promoción en Huelva no le haga falta a Emilio Silvera citemos ese encuentro que junto a un grupo de aficionados de la capital tuvo lugar en la Peña taurina Tendido 12 en la que Silvera compartió ayer su tiempo con la afición.

Las impresiones del onubense son buenas. La preparación ha ido poco cogiendo ritmo. “La competencia está ahí. Sé que tengo dos compañeros que no lo van a poner fácil, que tienen formas y toreo para competir y por tanto la exigencia máxima parte de mí para que ya que estamos en esta posición privilegiada de una final bonita e importante no se quede nada por detrás. En el momento que anda esto no vale guardarse nada y con ese espíritu aguardo a que llegue el domingo. Hay cosas importantes en juego, ando con toda la confianza del mundo en mis posibilidades y el próximo día 4 es una ocasión propicia para dejar ver a ese torero que ha madurado poco a poco dentro de mí”.

Pocas horas antes Emilio se ha vestido de luces en pleno campo bravo sevillano. Un toro a puerta cerrada en la finca de Soto de la Fuente. Un cuatreño con posibilidades de lidia larga y el toreo de pellizco que gasta Silvera. Confianza y seguridad para agarrar solvencia en la osadía que se gasta ese sol de justicia que cae a las cinco de la tarde sobre el traje del torero.

También el del rostro José Fuentes que el tiempo ha ido modelando en quien fuese máxima figura del escalafón de matadores a mediados de los años sesenta. El maestro de Linares  gusta del toreo de Emilio y esa tarde también anda detrás del burladero o dejándose inmortalizar por la cámara antes de que todo empiece.

Todo se ha ido terminando en la plaza; antes de quitarse el traje de luces la reflexión del torero sobre la extraña temporada es que “hay que seguir para adelante con lo que haya. No es fácil, había proyectos, cosas previstas que no han podido ser. Eso es ya pasado. Duele, sí, pero es pasado y lo único real es que el domingo me visto de luces y espero que tanto en la plaza como en televisión el aficionado se convenza de que el tiempo me ha ido dejando cosas buenas en mi concepto de toreo ante el toro”, concluyó Emilio.

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