¿Qué significa poder volver a su tierra en otro equipo?

-Será un partido especial si se da la circunstancia de que vaya convocado. Es un gran rival que en jornadas anteriores no ha pasado por un buen momento, pero en Los Pajaritos ganó. A ver qué tal se da, iremos con todo a por los tres puntos.

¿Cómo se vive el fútbol en El Molinón?

-Para ellos va a ser una final, ya lo plantean como tal. Es un equipo al que la afición arropa mucho, siempre hay 21.000 espectadores e irán a muerte. Su objetivo primordial es hacer el play-off y no quieren despegarse.

¿Esperaba tener mayor participación tras debutar testimonialmente en Liga?

-El equipo está rindiendo a un gran nivel y se toca muy poco el once. Entiendo que el míster esté rotando lo mínimo posible. Es la parte más amarga del fútbol, pero somos profesionales y estoy con la conciencia tranquila de entrenar al 100% para aportar mi granito de arena cuando sea posible.

Este año el papel de los suplentes está siendo importante...

-Se trata de ponerle las cosas complicadas al míster y a los compañeros. Al final es un deporte en el que prima lo individual en ocasiones y cada uno tiene que entrenar para sí mismo.

¿El peor rival del Sporting en El Molinón es el propio Sporting?

-Es complicado si las circunstancias no van bien y si el partido se nos pone de cara la presión les puede pasar malas jugadas.

¿Pensaba que el Almería pudiera dar este nivel?

-Soy de los que piensan que el halago debilita. El club venía de unos años bastante duros y ahora estamos cerca del play-off. Estamos cerca de los 50 puntos y los próximos partidos serán clave para el devenir del equipo. El día a día está siendo increíble, el equipo se está acoplando muy bien pese a la gente nueva. Somos como una gran familia y hay un gran ambiente.

Romera juega en su posición y ya acumula cuatro amarillas...

-Hay que estar siempre preparado, entreno para competir el fin de semana y el míster luego decide.

¿Llegó a plantearse la posibilidad de salir en el mercado invernal ante la falta de minutos?

-Pudo plantearse, pero al final decidí que lo mejor era quedarme y seguir entrenando aquí para ayudar a mis compañeros en todo lo que sea.

¿El vestuario es una de las claves?

-Es la principal. Ninguno es más que nadie, todos competimos semana a semana y nos ayudamos. Esta competencia sana de ponérselo complicado al compañero hace que todo sea mucho más sencillo y los fines de semana el equipo compita también.

¿Ha cogido aire el Sporting tras ganar en Los Pajaritos?

-Allí la gente dictará sentencia en ese partido porque El Molinón siempre ha sido un fortín y en los últimos no han estado nada acertados. La gente no olvida y apretará mucho. Han hecho un llamamiento total a la afición porque es una final para ellos.

¿Han cambiado mucho desde la llegada de José Alberto al banquillo?

-Intentó hacer una serie de cambios que al principio le fueron bien, pero con las lesiones solo han ganado uno de los últimos cuatro. Iremos a apretarles y pelear por los tres puntos.

¿Qué recuerdos guarda de su paso por Mareo?

-Estuve un año en el filial y por circunstancias del primer equipo pude debutar en El Molinón contra el Nástic, ganando, y la jornada siguiente tuve el honor de disputar el derbi contra el Oviedo en un ambiente ensordecedor del que guardo buenos recuerdos, pese a la derrota. Ahora me centro en el Almería, entrenando bien para estar a disposición del míster y del equipo.