Utopía, proeza, milagro. Llámenlo como quieran, pero la UD Almería necesitaría protagonizar una auténtica machada si quiere tener opciones de salvar la categoría, que matemáticamente aún sigue siendo posible pese al fiasco actual. La temporada 2017-2018 puede tomarse como referencia. Ese curso fue el más barato para la permanencia desde que las victorias valen 3 puntos y 20 equipos conforman la división, es decir, tomando como punto de partida la campaña 1997-1998, una comparativa que engloba los 26 últimos campeonatos en la máxima categoría. Antes de eso hubo años con 22 equipos en Primera y hasta la 95-96, que se introdujo el nuevo sistema de puntuación, las victorias valían 2 puntos, por lo que llevar más atrás la comparativa distorsionaría los datos.

Tomando como arranque por tanto la 97-98 entonces fue el Deportivo de la Coruña el último en dar con sus huesos en la categoría de plata (fue 18º) al sumar apenas 29 puntos al término de la competición, por lo que con 30 bastó para salvarse, sumando el Leganés, cuarto por la cola, una bolsa mucho mayor (43). Es la referencia más clara respecto a un curso como el actual con una puntuación inusitadamente baja en la cola de la tabla, pero puede que incluso en la 23-24 se diera la paradoja de que hicieran falta menos puntos.

En la hipótesis de que fuera suficiente con sumar 30, la UDA debería ganar 7 jornadas de las 12 restantes para proyectarse a dicha cifra, teniendo en cuenta que tras 26 partidos disputados los de Gaizka Garitano apenas han podido lograr una bolsa de 9 puntos. La empresa se antoja más difícil de lo que ya de por sí se atisba al observar que los rojiblancos acumulan 29 jornadas consecutivas sin lograr una victoria (26 de la temporada actual y 3 que se arrastran de la pasada), estando ya solo a tres partidos más sin sumar los 3 puntos de igualar el récord histórico de las grandes ligas europeas, en posesión del Derby County inglés, que estuvo 32 duelos sin ganar. 

Melero se lleva las manos a la cabeza tras fallar el 3-2 ante el Atlético, una de varias este curso

Todo es cuestión del prisma con el que se mire. Los pesimistas recordarán que es completamente absurdo hacerse ilusiones con un equipo que no ha sido nada fiable hasta la fecha, si bien encadena tres igualadas consecutivas y una evidente mejoría coincidiendo con la llegada de los refuerzos invernales. Los pocos optimistas que todavía queden entre la parroquia indálica alegarán que incluso podrían permitirse el lujo de permanecer 5 jornadas más sin ganar y, pese a todo, continuar con opciones de salvación en caso de ganar 7 de esos 12 partidos. 

Para mantener mínimas esperanzas va a ser clave el duelo del próximo viernes (21:00) en el Abanca Balaídos ante el Celta de Vigo. El cuadro gallego marca ahora la permanencia con 21 puntos -12 más que los almerienses- pero un hipotético y sanador triunfo rojiblanco recortaría la distancia a 9 puntos a falta de once jornadas, con el subidón moral añadido de ser el primero en casi diez meses de sequía. 

Pese a la desastrosa trayectoria actual, el Sporting de Gijón de la temporada 1997-1998 todavía lo había hecho peor a estas alturas, ya que los asturianos solo habían logrado 6 puntos, 3 menos que la UDA en la actualidad. Otros referentes cercanos de puntuación baja tras la 26ª jornada fueron el Elche de la 22-23 (13 puntos) o el Málaga de la 17-18, que también hizo 13. 

Todo pasa por ganar en Vigo y que el Celta entrase en barrena para no proyectarse más allá del límite de 30 (harto complicado), circunstancia que frenaría del mismo modo la posibilidad de que Garitano acabe batiendo otro récord negativo, el de partidos seguidos de un técnico sin ganar. El técnico vasco acumula 17 jornadas sin hacerlo, desde que asumió las riendas de la nave rojiblanca, y el tope lo estableció su paisano Javier Clemente en 19 cuando dirigió al Espanyol a finales de la década de los ochenta.