El Almería comenzó la jornada enfrentándose a la incertidumbre de lo desconocido en su búsqueda de la primera victoria en casa de la temporada y acabó volviendo a las andadas. Otra derrota desquiciante en un día para el olvido en el estreno de Pepe Mel en el banquillo del Power Horse Stadium. Los rojiblancos se encontraron con unas condiciones climatológicas adversas, aunque la lluvia acabó siendo más de goles que de agua.

En el primer minuto de partido, una buena triangulación entre Rubén García, Moncayola y Areso desajustó a una defensa trasparente por el sector izquierdo con Centelles dejando todo el carril al lateral rojillo. Arribas no llegó a la ayuda y Arnaiz, dentro del área y con los defensores demasiado hundidos, logró un remate que fue desviado por Radovanovic y acabó dentro de la portería de Maximiano.

Un primer aviso de que la tarde iba a ser difícil para los más de 10.000 aficionados que se encontraban en las gradas del estadio. El Almería, con Édgar y Robertone auxiliando a los centrales en salida de balón, buscó poco a poco construir jugada desde atrás. Jonathan Viera, bastante caído al costado izquierdo, encontró la primera jugada de peligro para los indálicos en una conexión con Arribas, en un balón que le cayó a Marezi en un remate que se fue por encima del larguero.

El once elegido por Pepe Mel para enfrentarse a los navarros.

No obstante, el segundo golpe en la mandíbula estaba por llegar. Radovanovic cedió atrás en un mal pase a Maximiano que acabó de completar una horrenda jugada. El guardameta luso salvó sobre la línea un balón para regalársela a Moncayola, que asistió a Budimir para marcar el segundo. Tocados y hundidos en menos de diez minutos. De la ilusión se pasó al bochorno en un abrir y cerrar de ojos.

Y, como suele ser habitual, a perro flaco, todos son pulgas. Radovanovic se rompió en una cesión atrás en una lesión de abductor aparentemente grave. Marcos Peña tuvo que entrar al terreno de juego para que Édgar retrasase su posición una vez más. El canterano, nuevamente, completó una notable actuación en la demostración de que está preparado para aportar en el primer equipo.

En el primer tiempo, Ante Budimir tuvo el tercer tanto en un remate tras un centro lateral en un nuevo recital del delantero croata, uno de los jugadores más en forma del campeonato liguero. El conjunto unionista, hundido por los dos goles en contra, no llegó ni a pisar área rival en los minutos restantes antes del descanso del partido.

Moi Gómez trata de zafarse de la presión de Marcos Peña.

Tras la salida de vestuarios, los primeros compases fueron diferentes. Marc Pubill logró un remate tras una cabalgada por el costado derecho que no encontró portería. Los locales metieron una marcha más buscando recortar diferencias. Se pudo dar en la más clara del partido con Largie Ramazani perdonando un uno contra uno que salvó Sergio Herrera. No hubo manera, especialmente por las pocas ocasiones generadas a lo largo de la contienda.

Sobre la hora de partido llegó la puntilla. Catena conectó el certero remate de cabeza al corazón del área e Iker Muñoz acabó completando una volea espectacular, en la que nada pudo hacer Maximiano. Sentencia y media de hora para hacer probatura de cara a las jornadas restantes.

Las llegadas rojiblancas se redujeron a chispazos de Embarba, Baptistao y Marcos Peña que no supusieron serios problemas para Sergio Herrera, que disfrutó de una tranquila tarde en Almería. Los últimos minutos fueron, en definitiva, la representación de una temporada caduca en la que los locales ni buscaron la portería rival renunciando a cualquier esfuerzo colectivo.

De esta forma, mientras Osasuna se queda a solo tres puntos de la séptima plaza, que puede dar acceso a Europa, el Almería seguirá una jornada más en el farolillo rojo con 13 puntos en 30 jornadas. La película de miedo continúa con ocho entregas todavía por estrenarse. El respetable acabó pitando a los suyos, aunque, desgraciadamente, puede que no sea la última vez que ocurra esta circunstancia en los próximos meses. La cuenta atrás para la certificación definitiva del descenso de categoría.