Sporting de Gijón 4-2 UD Almería | La Crónica

El Sporting desarbola al Almería en El Molinón (4-2)

  • Las modificaciones introducidas por Pedro Emanuel en el once no dan resultado y penalizan al equipo

  • Al Sporting le sale todo con dos tantos a balón parado y doblete de Aitor García, una pesadilla para Balliu

Los jugadores indálicos cabizbajos tras encajar uno de los cuatro goles en Gijón

Los jugadores indálicos cabizbajos tras encajar uno de los cuatro goles en Gijón / Aurelio Flórez (Gijón)

El Almería se vio completamente desarbolado en El Molinón desde el mismo arranque de un encuentro en el que al estado de gracia del Sporting se unieron las dudas de un Almería descentrado. Pedro Emanuel optó por realizar hasta cinco modificaciones respecto a la última alineación y el equipo no carburó. En particular notó el castigo en las bandas, donde las entradas de Balliu y el debut de Jonathan Silva (una temeridad cambiar a los dos laterales de golpe) dejaron el camino expedito para la experiencia de Aitor García y Carmona, que camparon a sus anchas.

Si a eso se une que el croata Ante Coric no interpreta en su libro de estilo futbolístico las ayudas al doble pivote (en las transiciones defensivas siempre se quedaba descolgado como si fuera un delantero centro) el cóctel resultó explosivo para Petrovic y De la Hoz, que acabaron la primera mitad amonestados al no dar abasto en su constante esfuerzo por reequilibrar al equipo en la medular y tapar los continuos agujeros que se observaban por los flancos, así como por los pasillos interiores.

En honor a la verdad también hay que señalar que el Sporting saltó al terreno de juego tocado por una varita mágica y todo le salió a pedir de boca desde el principio. Así, a los 7 minutos de juego ya mandaba en el marcador fruto de una acción ensayada. Fue un córner botado en corto buscando la cabeza de Babin, que remató al larguero y su rechace lo empujaba a la red el otro central, Marc Valiente, completamente solo ante la bisoñez de la zaga indálica.

Lo exasperante de la situación es que apenas siete minutos después el Sporting la repetía desde la esquina contraria en una acción calcada a la del 1-0. Córner en corto buscando en el segundo palo la testa de Babin y el de Martinica que entra libre de marca para fusilar a un atónito René. La pizarra de José Alberto volvía a funcionar.

El Almería intentó recomponerse de ambos golpes tirando también de la particular pizarra de Pedro Emanuel. Así, en el ecuador del primer acto Gaspar lanzó una falta en la frontal al segundo palo buscando la penetración de Petrovic y el serbio impuso su envergadura para recortar distancias en el marcador.

El croata Coric formó de inicio en la mediapunta El croata Coric formó de inicio en la mediapunta

El croata Coric formó de inicio en la mediapunta / Aurelio Flórez (Gijón)

Fue apenas un espejismo porque el Sporting tenía bien estudiado al rival sobre el papel y lo puso en práctica en el verde, casi amordazando a los indálicos. La clase de Aitor García, una pesadilla para Balliu durante toda la tarde, salió a relucir a los 38 minutos cuando desde el vértice del área colocaba un buen pase de Manu García en el ángulo contrario de la meta de René para el 3-1.

En pleno vendaval sportinguista, con el Almería pidiendo a gritos el descanso como el boxeador noqueado que busca las cuerdas, los locales montaron un vertiginoso contragolpe ideado por Carmona y ejecutado por Aitor García de forma magistral tras marcharse en velocidad de Owona y sacarse un derechazo raso y ajustado al palo para salvar a René. 

La respuesta de Pedro Emanuel al descanso fue hacer debutar a Darwin Núñez ocupando el puesto de Gaspar e introducir a Iván Martos por un lesionado Owona, pero el equipo siguió sin mostrar constantes vitales. Al contrario, fue el Sporting quien volvió a salir con la voz cantante y un disparo de Marc Valiente pudo incluso significar el 5-1. 

Cuando más empezaba a gustarse el Sporting, con jugadas de cara a la galería con taconazos incluidos, el Almería reaccionó a balón parado gracias a una falta lateral botada al segundo palo por Coric que encontraba la cabeza del serbio Maras para reducir diferencias en el marcador, si bien el juego de los indálicos seguía dejando mucho que desear y costaba conectar con Darwin arriba.

Tras el 4-2 el técnico local supo contemporizar el juego con los cambios y frenar la posible reacción unionista, que en realidad nunca llegó a producirse por falta del empuje y el ímpetu necesario. El Almería debe digerir pronto este nuevo varapalo tras la derrota ante el Cádiz pues el domingo, sin margen para lamentaciones, debe visitar Riazor para medirse al Deportivo de la Coruña.

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