La rueda de prensa de Rubi hablaba por sí sola de la importancia que tiene el partido ante el Real Zaragoza. Hasta ahora, el Almería es una balsa de aceite en la que ni sopla el viento. El deseo de todos es que la cosa siga así, que las victorias sigan manteniendo ese remanso de paz que da el liderato. Y ello pasa por no fallar en el último partido en casa de 2021. 

Alcanzar los 45 puntos es el reto inmediato que se ha puesto Rubi. Por delante dos partidos trampas para despedir el año y en el que el técnico confía en sumar, como mínimo, tres puntos. En una primera vuelta buenísima, es humano que el futbolista se relaje cuando tiene las vacaciones a la vuelta de la esquina, sobre todo cuando ha recibido tantos halagos por su buen trabajo. Por eso, el técnico catalán dio el aviso de que este fin de semana hay tres puntos en juego importantísimos para seguir dando pasos de gigante ante el objetivo.

Para lograrlo, los almerienses habrán de verse las caras con el equipo de Juan Ignacio Martínez, que llega tras vencer al Éibar en la pasada jornada y colocarse en novena posición con 26 puntos, a cuatro de Las Palmas, para lo que harán valer la solvencia defensiva que lo tienen como el tercer conjunto que menos encaja de la categoría.

Los rojiblancos se han puesto como meta sumar el mayor número de puntos posibles ante una segunda vuelta que Rubi considera que será más complicada para puntuar lejos de casa, para lo que mañana podrá contar, como ya hizo en Fuenlabrada, con el concurso del centrocampista argentino Lucas Robertone y del lateral Aitor Buñuel, si bien es poco probable que ambos aparezcan de inicio.

Las dudas en Almería están en si el técnico continuará apostando por Ramazani en la banda derecha y si Sadiq Umar, que lleva sin marcar desde la undécima jornada, actúa de salida o si apuesta por dar entrada a Dyego Sousa.

La victoria supondrá apuntalar objetivos para cerrar en casa una trayectoria casi inmaculada, en la que solo Las Palmas y Huesca, éste logrando que el Almería no marcara por vez primera esta temporada como local, consiguieron conquistar un empate.

Los maños llegan enrachados

El Zaragoza, tras la crucial victoria ante el Eibar -algo que ha permitido al equipo 'blanquillo' volver sus miras a la zona de promoción de ascenso que tiene a cuatro puntos- espera poder asaltar el Estadio de los Juegos Mediterráneos para confirmar su tendencia al alza.

El triunfo ante el conjunto armero ha supuesto reforzar la confianza de un equipo que en los últimos seis encuentros ha sumado cuatro victorias, un empate y una sola derrota y que espera mantener el nivel que ha dado en ese tramo del calendario para poner en aprietos al líder y obtener algo positivo de terreno almeriense.

El equipo de Juan Ignacio Martínez apela a su solidez defensiva, con 16 goles encajados en 19 partidos, para intentar sorprender a un líder que no solo es el máximo anotador de la categoría sino también el que menos goles recibe (13) por lo que el enfrentamiento apunta a convertirse en un partido rocoso y con poco margen a la floritura.

El Zaragoza es el tercero que más puntos ha sumado a domicilio (14) tras el Almería (19) y el Tenerife (15)

En ese terreno se está moviendo bien el Real Zaragoza en las últimas jornadas cuyo objetivo es mantener la puerta a cero, como repite una y otra vez su entrenador, y después aprovechar alguna de las ocasiones que suele tener en cada encuentro.

Además, lejos de La Romareda, el equipo maño se está mostrando mucho más fuerte que en ella como demuestra el que sea el tercero que más puntos ha sumado a domicilio (14) tras el Almería (19) y el Tenerife (15).

Es probable que frente a los almerienses JIM introduzca dos novedades con respecto al encuentro contra el conjunto vasco, las de los delanteros Nano Mesa y Narváez, que dejarían en el banquillo a Borja Sáinz y Bermejo. Para este enfrentamiento el conjunto maño cuenta con las bajas ya conocidas de Vigaray y Lasure, además de la de Vada, que ya se perdió el partido contra el Eibar.