Ejercicio de supervivencia del Almería en Anduva (0-0)

El Almería fue a Anduva en busca del punto, y no sin mucho sufrimiento, lo cierto es que se lo trae para Almería y podrá encarar la última jornada frente al ya descendido Tenerife dependiendo de sí mismo para hacerse acreedor a una de las cuatro plazas que dan derecho a disputar el play-off de ascenso a Primera. Hubo momentos de auténtica agonía, pero la tropa de Rubi mostró un inusual oficio para salirse con la suya.

Con solo una modificación, la entrada de Pozo por Melero, el preparador catalán cambió por completo el esquema del equipo en busca de ese punto mágico. El técnico hizo una pequeña revolución en el once situando a Puigmal y a Arribas como interiores por delante de Lopy, con Pozo doblando el lateral diestro en respaldo de Pubill y Centelles con todo el costado zurdo para él, con ayudas defensivas de Arribas y Baptistao.

El equipo indálico buscaba cerrarle los pasillos interiores al Mirandés renunciando al juego en ataque por bandas y el resultado fue que sujetó medianamente bien a los de Lisci en la primera mitad, sacrificando para ello su habitual fluidez ofensiva. En un partido de alta tensión por lo que había en juego, pero de guante blanco entre sus aficiones, que dieron una lección de buen ambiente en los prolegómenos, los nervios se trasladaron al verde en un primer acto bastante tosco en el juego y bien conducido por el navarro Galech Apezteguía en las acciones polémicas, eludiendo señalar sendos pisotones en cada una de las áreas al considerarlos involuntarios y ajenos al foco principal de la jugada.

El empuje local se hizo notar desde el principio. Los de Lisci, ante la histórica oportunidad de luchar por un ascenso a la máxima categoría por primera vez en su trayectoria, intentaron desde el principio entorpecer la salida de balón de los indálicos, labor en la que Lopy tuvo algún que otro contratiempo al verse acosado por la presión rival. Con Arribas y Puigmal sacrificándose en tareas defensivas, pero algo perdidos en la generación de fútbol, Laucher y Reina camparon a sus anchas en la medular, nutriendo de balones a ambas bandas.

La primera ocasión llegó a los 9 minutos, cuando Édgar, en un corte providencial, salvaba un posible remate del central Tomeo en área pequeña. Rebasado el cuarto de hora era Fernando quien se agigantaba para achicar portería y tirarse a los pies de Izeta abortando el 1-0 después de que el ariete jabato hiciese varios recortes efectivos dentro del área en busca del mejor ángulo para disparar. La salida a sus pies del meta murciano fue crucial.

Más concentrada en defender que en atacar, la UDA no merodeó la zona de castigo local hasta que en el minuto 37 Luis Suárez hizo una arrancada característica en busca del arco frenada por Tomeo en última instancia. Luego era Pozo quien probaba fortuna desde fuera del área tras un rechace a tiro de Centelles con otro disparo que buscaba la escuadra y Gorrotxa despejaba de cabeza. Poco antes del descanso el propio Pozo cabeceaba un centro al segundo palo de Centelles detenido por Raúl.

El punto al tiempo del intermedio mantenía a los rojiblancos (de amarillo esta tarde) en la sexta plaza de la tabla pese al eventual triunfo del Granada en casa ante el Castellón y viéndose también favorecido por el empate del Racing en Elda. Pero todavía quedaba por delante otro ejercicio de 45 minutos de superviencia.

De salida en la segunda mitad Rubi no hizo sustituciones, pero sí modificó levemente el dibujo intercambiando las posiciones de Puigmal y Arribas para corregir algún desajuste que había observado durante el primer acto. De inicio la primera acometida fue del Almería por medio de un zurdazo de Luis Suárez desde la frontal que tras tocar ligeramente en un rival acababa en córner. Fue un espejismo porque el Mirandés se puso en modo apisonadora y a los almerienses no les quedó otra que sacar el kit de supervivencia.

Cumplida la hora de juego el Mirandés inició un acoso y derribo bastante notable. Primero dispuso de un cabezazo al larguero del central Egiluz tras falta lateral botada por Reina y en la misma acción el propio Egiluz se encontraba con un balón a puerta vacía y el remate se le marchaba fuera. Luego era Izeta quien probaba fortuna con un cabezazo alto tras centro desde la izquierda y finalmente Édgar se veía obligado a tirarse al piso para abortar un peligroso pase atrás del lateral Rincón, que había apurado la línea de fondo.

La reacción a la oleada local por parte del staff indálico fue retirar a Puigmal para dar entrada a Robertone, cuando tal vez el contexto del partido hubiera recomendado sacrificar a Arribas, perdido cual pulpo en garaje en el centro del campo. Extrañó también que pese al acoso rojinegro y con Lopy amonestado desde el minuto 53 Rubi no recomendase el ingreso de Gui Guedes o Gonzalo Melero para oxigenar la sala de máquinas.

Lo cierto es que el Almería supo nadar y guardar la ropa dejando que se jugase poco en la recta final pese a las constantes acometidas jabatas y en los últimos minutos sí entraron de una tacada Clua, Lázaro y Radovanovic para ponerle cloroformo al duelo. La décima portería a cero del curso llega en un momento providencial, pues la igualada permite al Almería no depender de otros resultados en la última jornada ante el Tenerife para estar en la promoción de ascenso en caso de ganar a un rival ya descendido.