Las exigencias para ser líder

De optar al liderato a ver cómo abren una pequeña brecha los equipos en posiciones de ascenso directo. En estos dos últimos choques varias son las circunstancias que han truncado la buena racha. Si en Ceuta fue la errónea decisión de los colegiados y la pésima interpretación de Rubi de la segunda mitad (y de la primera) la que privó a la UDA de al menos puntuar, ante el Huesca un once inicial más equilibrado sirvió para dominar y someter a un rival al que apenas se le concedieron opciones de lograr un tanto, pero la falta de recursos e ideas ofensivas terminaron por finiquitar una semana para olvidar.

De nuevo, como ante el Cádiz, Rubi apostó por lo que siempre debería en el futuro con el objetivo de ocupar con más racionalidad el terreno de juego, pero esta vez se echó en falta la intensidad y la presión con robo de balón para complementar dicho equilibrio. El Huesca se sintió cómodo con el balón y sin él también a la hora de defender, ya que cuando se intentaba profundizar en la zaga oscense se hacía sin apenas inventiva, a base de centros laterales sin intención alguna, sin atisbar una cierta superioridad de algún compañero, solo por mera comodidad. Ante este escenario, similar al de la anterior temporada ante el mismo rival, se obtuvo también un punto y el mismo marcador de la pasada campaña.

Regularidad ante las dificultades

En aquel encuentro ante el Huesca del 19 de enero de este año, se venía de una racha excelente en liga, casi de récord, y no se pudo contar con Luis Suárez por sanción, quedando en evidencia la importancia de su ausencia que por desgracia se refrendó en los playoff de ascenso. En el presente curso ha sucedido algo similar, al estrellarse la UDA contra una barrera infranqueable, con el aditivo de no poder contar con un delantero centro con experiencia que la pudiera derribar.

No pretendo cargar de responsabilidad a Thalys, que fue titular y al que se le adivinan buenos movimientos y un futuro prometedor, pero el joven delantero no está todavía preparado para un reto como el que le presentó un Huesca defensivo a ultranza. Se dijo en ese choque de la anterior campaña, con también múltiples acercamientos rojiblancos, que sin Suárez la UDA perdía un alto porcentaje de poder lograr victorias, pero en la actualidad y pese a ser el Almería de los conjuntos más goleadores de la categoría, a un equipo que pretende escalar y mantener su posición en los puestos de ascenso directo, se le debe de exigir un éxito continuo en buena parte de las dificultades que le presenten sus oponentes.

Este Almería dispone de varias armas, como la presencia de Arribas, que está teniendo influencia en la hasta ahora buena racha de su equipo, pero que ante choques como el presentado por el Huesca, el madrileño debió de haber sido el indicado para filtrar los pases y alejar a sus compañeros de la tentación del centro al área sin más. No estuvo a la altura Arribas ni tampoco Rubi, que no se apercibió de que Aridane podría haber sido el indicado para cazar alguno de esos referidos centros sin sentido al área oscense. Ahora bien, y a falta de buscar la solución a todo lo expuesto, sin ese delantero matador (Soko estuvo aún peor que Thalys) habrá que conformarse con alcanzar los puestos de promoción. El mercado de invierno, para reforzar ese punto flaco, está a la vuelta de la esquina...