La ilusión desmedida de un equipo llamado a lograr la permanencia sin sobresaltos, unida a la buena racha de resultados de las últimas jornadas (rota en Gijón) invitaba al optimismo, pero un análisis sosegado y realista de las opciones de disputar el play-off indica que la UD Almería tendría que realizar una proeza en lo que resta de curso para colarse entre los seis primeros.

El ascenso vía promoción incluyendo del segundo al sexto clasificado se instauró en la competición durante la campaña 2010-2011, por lo que desde entonces han sido ocho equipos los que han subido a Primera por este camino, entre ellos el propio Almería en una ocasión, por este orden: Granada, Valladolid, Almería, Córdoba, Las Palmas, Osasuna, Getafe y Valladolid, que fue el último en lograrlo la temporada pasada.

Los pucelanos, curiosamente, tenían los mismos puntos que los almerienses tras la 29ª jornada: 43. La diferencia radica en que mientras los blaquivioletas estaban ya a solo tres de margen con la zona de play-off, marcada por el Oviedo con 46, los rojiblancos están a cuatro, que en realidad son ocho, ya que el Cádiz (sexto en la actualidad), aún debe sumar los 3 puntos del Reus y gana el average particular (1-0 en la ida en el Carranza y 0-0 en la vuelta en el Mediterráneo).

Más allá de eso, no en vano el Cádiz, Mallorca y Oviedo, ahora por delante, pueden atravesar alguna crisis, está la frialdad de las mátemáticas. Y los números dictan que el Almería debería realizar la machada de ganar al menos siete de las trece jornadas restantes para sumar 21 puntos de 39 y proyectarse hasta 64.

Esa cifra le permitiría estar en la pomada, si bien no se lo garantizaría. Una media ponderada de la necesidad de puntos que tuvieron los equipos que entraron en la última posición a disputar el play off desde que está vigente hace ocho años indica que el sexto puesto ronda los 64’5 puntos.

Saveljich siempre ha apostado por entrar en play-off

En la mitad de las ocasiones, incluso se necesitó menor puntuación. Fueron los casos del Córdoba (13-14), que entró como séptimo con 61 puntos al colarse el Barça B tercero y no poder ascender; al Zaragoza (14-15) también le bastaron 61 puntos; el Osasuna (15-16) lo logró con 64 puntos y el Huesca (16-17) se metió con 63 puntos. 

De todos ellos solo acabaron ascendiendo los osasunistas, de la mano de Enrique Martín, y los califales, en su caso tras una agónica eliminatoria final ante Las Palmas, decidida en el último suspiro en el Estadio de Gran Canaria.

Otros cuatro equipos necesitaron 65 puntos o más. Fue el caso del Numancia el curso pasado (65); Las Palmas en la 12-13 con 66, apeada por el Almería de Gracia, que entró como tercera y acabó subiendo; el Córdoba con 71 (11-12) dejando al Almería fuera con la nada desdeñable suma de 70 y el Valladolid necesitó 66 en la primera edición (10-11), entrando como séptimo al acabar tercero el Barça B.

Barato con 61 y caro con 71

En el mejor de los casos, por tanto, los de Fran Fernández necesitarían ganar seis jornadas de trece, casi la mitad, para intentar entrar con 61 (cifra mínima hasta la fecha). En el peor escenario se verían obligados a ganar ocho o nueve de trece, más de la mitad, para proyectarse hasta los 67 o 70 puntos y garantizárselo.

En esos ocho años de play-off el sexto clasificado en la liga regular acabó ascendiendo en dos ocasiones (Córdoba [7º] y Osasuna), el quinto otras dos (Granada y Valladolid), el cuarto una sola vez (Las Palmas) y el tercero tres veces (Valladolid, Almería y Getafe). Hay tela que cortar.