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Análisis de Call of Duty: Blacks Ops 7, una entrega rebosante de diversión pero escasa de innovación
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La nueva entrega de la saga ofrece una gran cantidad de contenido y brilla, especialmente, en el modo multijugador pero se ve lastrada por una campaña surrealista
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Se ha convertido en estos últimos años en una tradición: jugar a una nueva entrega de la saga Call of Duty, la joya de la corona de Activision y por la que Xbox sacó la billetera hace unos años para hacerla suya.
Un ritmo frenético que tiene a múltiples estudios internos trabajando en paralelo para poder satisfacer las demandas de un mercado cada vez más exigente, consumista y efímero. Y este año, sin faltar a su cita, tenemos ya entre manos a Blacks Ops 7 (BO7). Y tras pasar una decena de horas pegando tiros en PC, tengo claro que lo de Call of Duty es para tirar del refranero popular para aseverar que "zapatero a tus zapatos". Porque este BO7 lo hace tan bien en su faceta estrella, el modo multijugador, que salirse de ese tiesto le ha costado más de un disgusto.
Call of Duty: Black Ops 7
Género: Acción Lanzamiento: 18 de noviembre Desarrolladora: Activision Plataformas: PC, Xbox Series, Xbox One, PS4 y PS5 Textos: Español Voces: Español Precio: 80€
Y es que, entrando ya directamente en las sensaciones experimentadas, debo confesar que durante estos últimos años he sido bastante indulgente con las campañas de Call of Duty. Incluso las menos inspiradas solían ofrecerme algún destello interesante o, como mínimo, esa escena inesperada que provocaba que soltase el teclado y el ratón y desconectase del mundo real.
Sin embargo, BO7 ha roto esa tendencia. Su campaña no solo resulta confusa para quienes se acercan por primera vez a la saga, sino que también presenta decisiones de diseño que lastran la experiencia incluso para los veteranos. Por suerte, el modo Multijugador y el de Zombies mantienen el tipo… aunque tampoco reinventan la rueda.
Y es que este año la campaña se ha concebido como una experiencia exclusivamente online. Eso implica dos limitaciones especialmente molestas: ni puedes pausar ni existen puntos de guardado a mitad de cada misión. Da igual que juegues solo; si te surge una urgencia, abandonas la partida o la pierdes. Aunque es posible desactivar la búsqueda automática de compañeros, las misiones están tan orientadas a la cooperación que completarlas en solitario rara vez es viable.
Hay que incidir en que la saga Black Ops siempre ha coqueteado con lo surrealista, pero aquí se lanza de cabeza. Las alucinaciones provocadas por una nueva arma biológica convierten los tiroteos en una mezcla de combates futuristas y tormentas de criaturas grotescas: plantas gigantes, insectos descomunales, zombis… Todo cabe en la mezcla. Este recurso narrativo también sirve para rescatar personajes que en entregas anteriores ya habían muerto, algo que puede desconcertar incluso a los seguidores más fieles.
Todo ello nos lleva a tener la sensación de que es una campaña irregular, que mezcla ideas sin mucho equilibrio. Lo más destacado es la interpretación de Michael Rooker, que aporta algo de personalidad a una historia que por momentos parece un collage de secuencias sin cohesión. Tampoco ayudan detalles como las barras de vida sobre los enemigos, un detalle más propio de un RPG que de Call of Duty.
Y tras completar la campaña, se desbloquea Endgame, un modo cooperativo de gran escala ambientado en el enorme mapa de Avalon. Hasta 32 jugadores, divididos en escuadras, se reparten por el escenario para cumplir objetivos variados: abrir cofres, eliminar jefes, tomar posiciones fortificadas… y finalmente despejar una zona para evacuar.
El mapa se divide por niveles de dificultad, y subir tu índice de combate depende de recoger fragmentos que dejan los enemigos. Entre alucinaciones, robots y soldados acorazados, el jugador combina el gancho, el traje aéreo y habilidades desbloqueables para seguir progresando. Es un modo pensado para volver una y otra vez, aprovechando que el sistema de progreso se comparte con el resto de modos y termina funcionando.
Pero lo que hace con precisión alemana y para lo que la mayoría de jugadores compra cada año su ración de Call of Duty es el multijugador, que de calle, sigue siendo el pilar central. Y, efectivamente, vuelve a ofrecer partidas rápidas, intensas y plagadas de saltos imposibles gracias al llamado “omnimovement”. Este año se añade la posibilidad de rebotar entre paredes, lo que da pie a rutas más creativas y momentos caóticos.
Lo malo es que aporta muy pocas novedades reales respecto a Black Ops 6. La sensación de continuidad es tal que muchos jugadores podrían seguir en la entrega anterior y apenas notar diferencias. Aun así, el modo sigue siendo tan adictivo como siempre, y las partidas se suceden una tras otra y el tiempo parece que no tiene mesura.
Y la tercera pata, el modo Zombies, también se mantiene fiel a su fórmula clásica: mapas plagados de secretos, puzles, mejoras y hordas interminables. Y aquí la diversión depende mucho del equipo con el que juguemos. Si lo hacemos con amigos, está asegurada. Pero si probamos con jugadores desconocidos a través de matchmaking será complicado porque muchos ignoran los objetivos principales y la experiencia se ralentiza. Pero si el grupo colabora, la experiencia mejora notablemente, especialmente a la hora de mejorar vehículos clave para escapar. Pero esas partidas son menos frecuentes de lo ideal.
Conclusión
Black Ops 7 ofrece muchísimo contenido: una campaña cooperativa, un modo PvE expansivo, multijugador completo, Zombies… Sobre el papel, es un paquete imponente y sin fisuras. Pero cuando se analiza con calma, las carencias saltan a la vista. Ofrece una campaña confusa y limitada por decisiones discutibles, un multijugador continuista pero muy divertido y frenético y un modo Zombies que funciona pero que tampoco sorprende ya.
¿Merece entonces la pena? No es un mal Call of Duty, ni mucho menos. Es sólido en contenido y los fans lo saben ya que ofrece horas de juego y diversión sin mesura. Pero también es uno de los capítulos menos inspirados de los últimos años. Es un título que está bien, que cumple, pero que difícilmente dejará huella.
Hemos podido probar Call of Duty Blacks Ops 7 gracias a una clave para Steam (PC) que nos ha remitido la agencia de comunicación Burson.
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