Festival de Teatro de El Ejido

Una adaptación intimista de la historia de Moby Dick

  • Josep María Pou y el resto del elenco estuvieron sublimes durante la representación, que mantuvo al público del Auditorio en un silencio sepulcral

Una adaptación intimista de la historia de Moby Dick.

Una adaptación intimista de la historia de Moby Dick. / Javier Alonso.

La palabra venganza se paseó durante toda la representación de Moby Dick. Esa ballena blanca que fue la causante de la pérdida de la pierna del capitán Ahab provocó que toda la historia se centrara en su captura. Josep María Pou demostró su calidad interpretativa una vez más y estuvo bien respaldo por el resto de intérpretes que también estuvieron sublimes.

El elenco estuvo capitaneado por Josep María Pou (Ahab), Jacob Torres (Starbuck, Ismael y otros) y Óscar Kapoya (Pip). Sobre el fondo del escenario se podía ver una proyección que acompañó a la historia donde toda la representación y, como decorado, la proa del barco Pequod.

Un silencio sepulcral acompañó el casi monólogo de Pou y solo una música de ambiente acompañaba su discurso.

Como un hombre raro, inaccesible, blasfemo..., definían a Ahab, personaje encarnado por Pou. La perdida de su pierna y el relato del suceso fue uno de los momentos de dramatismo que incluyó la representación. “Otra vez he vuelto a soñar con mi propia muerte”, decía el protagonista.

Los artistas interpretaron la obra por última vez en El Ejido. Los artistas interpretaron la obra por última vez en El Ejido.

Los artistas interpretaron la obra por última vez en El Ejido. / Javier Alonso.

Una de las reflexiones las realizó sobre el color blanco. Aunque siempre se asocia el blanco con algo puro, lo que le espanta es la blancura de la ballena porque hay otros fenómenos negativos que relacionó con este color, como la palidez marmórea de los muerte, la tormenta blanca...

Una recompensa para encontrar a la ballena blanca y sus ganas de cazarla condujo parte de la obra. ¡Esa ballena blanca e inmortal que me dejó tullido para siempre!”, expresó.

Los momentos de más tensión se compaginaron con el juego de luces y el sonido que incrementó su volumen.

Incluso, el barco se convierte en un matadero, de ballenas principalmente. Distintas emociones desfilaron por la representación:Enérgica, intimista, silenciosa...

Los sueños de Ahab también se emplearon como presagios de lo que sucedería después en la historia. Fue la última representación de esta obra y se despedía en El Ejido. Josep María Pou no volverá a realizarla, ni la compañía con la que trabaja. Cada uno seguirá su camino y emprenderán nuevos caminos. El público aplaudió ofreciendo su sí rotundo a la representación.

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