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El arpa barroca recrea la música palaciega

  • Marta Infante y Manuel Vilas inauguraron el Festival de Música Barroca y Renacentista de Vélez Blanco con 'Tonos y tonadas del barro español'

Buscar un Cuando la música antigua se explica pieza por pieza con su procedencia, anécdotas y su significado, el público se puede introducir de una forma más cercana a este tipo de genero. La mezzosoprano Marta Infante y el encargado de sacar el sonido a la arpa barroca, Manuel Vilas, supieron relatar todo su concierto e interpretaron un programa variado, un repertorio exquisito y lleno de momentos de gran dulzura que evocaban a los patios de palacio de la época. Bajo el nombre de Tonos y tonadas del barroco español, inauguraron el XVII Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco en el Claustro del Convento de San Luis. El programa comenzó con Rompa al aire (recitado a lo humano), una pieza de Juan Hidalgo (1614-1685). La mezzosoprano mostró un gran dramatismo en cada nota con multitud de matices en su voz y una expresión facial que relataba cada emoción del tema. Comenzaron con un recitativo, que no tenía una melodía exacta y que se interpretaba en las zarzuelas barrocas entre el primer y el segundo acto.

Marta Infante explicó que este tipo de recitados formaban parte de la música española de la época y "estaban dedicados al amor, al dolor; Por otra parte, había tonos divinos, que se interpretaban en la música religiosa".

Vilas, por su parte, dio paso a la siguiente pieza De las lucesque enel mar (Juan Hidalgo), que forma parte de la zarzuela Los celos hacen estrellas y trata sobre "un crimen que le habían encargado". La mezzo-soprano quiso destacar que este tipo de composiciones "son muy poco conocidas en nuestro patrimonio. Es muy importante escuchar los textos, son letras preciosas". Para terminar con la obra de Juan Hidalgo interpretaron Al aire se entregue.

Tras un gran protagonismo de la mezzosoprano, le tocó el turno al arpa de dos órdenes, pero antes de apreciar su sonido sin otros acompañamientos, el músico decidió desengranar parte de su historia. "Este tipo de arpa fue muy popular en la Península Ibérica en los siglos XVI y XVII. Muchos de los actores cantaban, bailaban y tocaban el arpa. La que tenemos aquí es una copia realizada hace treinta años de la construida por Pere Elías en Barcelona en 1704. Vilas interpretó Canción valenciana y Canarios, de Diego Fernández de Huete (1635-1713).

Marta Infante se volvió a incorporar con una pieza bastante inédita, Tono anónimo del Manuscrito Contarini (Venecia, siglo XVII). Precisamente, interpretó Tanta copia de hermosura, que transportaba con su melodía a música palaciega, pero "su letra trataba sobre un señor que tenía mucho trabajo sobre las mujeres a las que tenía que conquistar". Vilas demostró su virtuosismo en la gran cantidad de variaciones que sacó del sonido bajo.

Ya madre del ciego Dios(Tono anónimo del Manuscrito Guerra, Madrid-Santiago de Compostela, siglo XVII) contó con texto de Calderón de la Barca donde Cupido, que no estaba tan bien visto en la época, y la envidia de un sátiro protagonizaron la historia que relató la mezzosoprano mediante su voz.

Posteriormente, interpretaron un tema que descubrió Infante en Dinamarca, Molinillo que mueles amores, de Juan del Vado (ca. 1625-1691). Pero uno de los momentos más especiales de la noche se vivió con la interpretación de unas de las zarzuelas más importantes de la época. Su autor, Sebastián Durón (1660-1716), y la pieza: Sosieguen, descansen (aria, recitado y coplas de la zarzuela Salir el amor del mundo). Fue la pieza más completas con melodías y coplas.

El arpa cobraba el relevo del protagonismo con la interpretación de dos temas anónimos del siglo XVII: Sarao y Gitanilla. "El primero es el que iniciaba las fiestas del siglo y el segundo es de las pocas referencias de la música de los gitanos del XVII".

"Hasta en los pueblos más pequeños tenían su propia música", apuntó Infantes ante el próximo Tono anónimo del Cancionero de Verdú (Lleida, siglo XVII) que recibe el nombre de No hay más Flandes. Fue un tema con ritmo popular.

Interpretaron tres tonos humanos de José Marín (ca. 1618-1699): Sepan todos que muero; Ojos, pues me desdeñáis; y Si quieres dar Maricaen lo cierto. Para finalizar, acabaron con un bis y el público en pie.

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