Hace 18 meses, la irrupción de la pandemia generó un enorme espacio para la desconfianza y el miedo que incidió sobre nuestros comportamientos sociales y que nos obligó a cambiar de forma drástica nuestras prácticas de vida. De repente, el mundo de certezas -como dejó escrito Stefan Zweig- en el que creíamos vivir, donde todo era más o menos previsible, se hizo añicos y nos vimos obligados a coexistir con la incertidumbre, porque no había referencias del pasado, ni conocimientos previos, para proyectar lo que podía pasar en el futuro.

Esta circunstancia puso más en evidencia que nunca que debía existir un diálogo abierto y permanente entre ciencia, política y sociedad en el que el periodismo sirviera de puente. Los medios de comunicación, que siempre han tenido un papel clave en situaciones de crisis, demostraron que en esta, que ha sido y sigue siendo global, eran absolutamente cruciales. Desde que se tuvo conocimiento de los primeros casos aparecidos en la ciudad de Wuhan, ha existido una demanda muy importante, incluso vital, de información contrastada y verídica: un gran reto y al mismo tiempo una magnífica oportunidad para el periodismo responsable.

La pandemia ha evidenciado, como no lo ha hecho ningún otro acontecimiento de nuestra historia reciente, que el periodismo es un bien al servicio de los ciudadanos, capaz de contribuir a la formación de audiencias críticas y bien informadas y de aumentar la cohesión social en lugar de polarizar y agitar; un contrapeso frente a la desinformación, la fragmentación y la desestabilización.

Desde marzo de 2020, las numerosas páginas que, cada día, el Diario de Almería ha dedicado a la pandemia, han ofrecido a todos los ciudadanos almerienses una interpretación y contextualización rigurosa y veraz de los datos, reflejando el desarrollo y la evolución de las distintas oleadas y trasladando acertadamente las decisiones que las distintas Administraciones iban tomando con el único fin de frenar la enfermedad y aminorar su impacto en la sociedad.

Es de justicia reconocer que el trabajo realizado a lo largo de este tiempo por los periodistas del Diario de Almería, con su director al frente, ha sido ingente, cimentado en la defensa de un periodismo riguroso y honesto. No cabe más que trasladarles, a todos ellos, mi más sincera enhorabuena y animarles a que sigan realizando su labor con la misma profesionalidad que hasta ahora.

Desde su lanzamiento, hace hoy catorce años, el Diario de Almería ha sido testigo del devenir de la provincia, reflejando, siempre de acuerdo a unos principios basados en la solvencia, la seriedad y el rigor, las numerosas transformaciones políticas, económicas y sociales que se han producido en nuestra provincia. Un tiempo en el que también ha sabido ejercer con capacidad su papel como espacio público de socialización y que le ha servido para consolidarse como uno de los soportes de la memoria de Almería en esta última década.

Una sociedad fuerte necesita medios que también lo sean, la pandemia nos ha demostrado como nunca su importancia. Al cumplirse este aniversario, les animo a que sigan ejerciendo el noble oficio de informar como hasta ahora, de forma libre y honesta, mostrándonos fidedignamente la realidad.