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Esta noticia se publicó en octubre de 2011 en la edición en papel de Diario de Almería.

El municipio de Cuevas del Almanzora registró el 25 de octubre uno de los episodios más trágicos de su historia. Un movimiento de tierra sacudió de madrugada a uno de los barrios más humildes y con esencia, el Realengo. Los vecinos, alertados por el estruendo que generó el terremoto y sus consecuencias, vieron cómo sus señeras cuevas se venían abajo. Miles de toneladas de roca y escombros dejaron sepultadas a tres personas a varios metros de profundidad sin que nadie pudiera hacer nada para salvarles la vida. Eran el padre y sus dos hijos que se encontraban durmiendo en el momento del deslizamiento de tierra dentro de la casa-cueva.

El derrumbe cogió por sorpresa a todos poco después de las cinco de la madrugada, por lo que apenas tuvieron tiempo para escapar del espantoso temblor de tierra. Algunos vecinos cuyas viviendas fueron aplastadas pudieron salir ilesos, mientras que otros dos que tuvieron que ser rescatados por los bomberos, fueron ingresados en el hospital La Inmaculada de Huércal-Overa, debido a las heridas y fracturas que presentaban.

Fue un talud de unos quince o veinte metros de altura, compuesto de tierra arcillosa, el que cayó sobre dos casas-cueva. Los equipos de emergencias tuvieron que emplear perros de rastreo mientras estudiaban la mejor forma para proceder al rescate de las tres personas que permanecieron sepultadas durante horas, ante el peligro de un nuevo desprendimiento.

En la zona trabajaron Bomberos, Protección Civil, Guardia Civil, Policía Local y los servicios sanitarios, además de técnicos del 112 y de Emergencias de la Junta de Andalucía.

Autoridades de todas las administraciones visitaron el lugar de la tragedia y aportaron los medios necesarios para rescatar los cuerpos de los tres fallecidos, así como para devolver el barrio a la normalidad a la mayor brevedad. Las familias de las casas-cueva cercanas a las afectadas tuvieron que ser realojadas en un hotel por medidas de seguridad hasta que los técnicos certificaron que no existían riesgos de otro desprendimiento de tierra. El Ayuntamiento decretó tres días de luto oficial por el fallecimiento de los tres vecinos, mientras hacía las gestiones pertinentes para iniciar obras y asegurar el talud.

Dos terremotos de casi cuatro grados sacudieron a Cuevas del Almanzora y a Zurgena apenas unos días después de la tragedia del Realengo. En esa ocasión no hubo que lamentar víctimas, aunque los ciudadanos despertaron con el miedo en el cuerpo.