Evelyn, experta en talleres con plantas: “Todas tienen algo que aportar a nuestras vidas”

Evelyn, argentina de nacimiento pero de sangre almeriense, empezó a descubrir las plantas aromáticas, medicinales y comestibles hace más de una década. Ahora, es la encargada de la labor divulgativa del Jardín de Lavandas de Benecid, donde imparte talleres en los que los asistentes tienen la oportunidad de elaborar sus propios productos y acercarse así a la naturaleza.

–¿Cuál es el objetivo de estos talleres?

–Sin duda, dar a conocer los usos de las plantas, entretener, acercar a las personas a la naturaleza, pero también que la gente aprenda a hacer sus productos en casa con ingredientes completamente naturales. Queines asisten se llevan así un producto natural, muy económico, que pueden hacer ellos mismos y que en ocasiones es más efectivo que los que se pueden encontrar en cualquier tienda.

–¿Qué tipo de productos se pueden elaborar con lavanda?

– Desde bolsitas aromáticas, maceraciones, tinturas, jabones, hasta productos de cosmética natural como bálsamos y labiales, o los famosos ‘misiles de lavanda’ que son un método de conservación ancestral de la flor.

–¿De donde nace el interés por realizar talleres con plantas?

–A mi lo que realmente me atraen desde el inicio son las plantas comestibles. A mi me encanta la cocina, y hago muchos platos con plantas que normalmente no se usan o se desechan. Yo veo comida en todos los sitios, porque a cada planta le encuentro una oportunidad para aplicarlas e introducirlas en la alimentación a través de recetas como las hamburguesas de borrajas. Lo que no me atrevo a introducir del todo es la lavanda, porque no termina de casar con ciertos alimentos.

–¿Cuál es tu planta favorita para cocinar?

–La mostaza blanca, que se utiliza para nutrir los suelos en las zonas de pasto, pero además es riquísima nutricionalmente hablando. También me gusta la malva, porque ofrece muchísimas opciones en la cocina.

–¿Cómo era tu relación con el campo antes de llegar a Benecid?

–Nosotros, venimos de la ciudad lo que pasa, que siempre me gustó mucho la naturaleza y las plantas y esa es la parte que me llevó a vivir al campo. Mientras más me he ido sensibilizando con él, más me ha ido gustando y conforme vas aprendiendo, se vuelve parte de tu vida. Para mí no tendría sentido vivir en un pueblo si no es en contacto con la naturaleza.

–¿Dónde aprendiste todo lo que sabes sobre ellas?

–Mi marido empezó a enseñarme algunas plantas y sus propiedades, de ahí empecé a estudiar y a recorrer las montañas para conocerlas de cerca. Primero conoces la teoría, pero después necesitas la práctica y saber cómo aplicarlas. Para eso, es prueba y error, hacer muchas maceraciones y encontrar cuál es la mejor opción

–¿Hay relevo generacional para el jardín y esta labor divulgativa?

–Nuestra idea para nuestros hijos es que tengan su propia búsqueda, y si se quedan aquí que sea porque realmente les gusta. Mi hijo mayor, está muy implicado y están completamente acostumbrados a la vida rural gracias a esa implicación. A ellos les gusta venir al jardín, porque hacemos eventos y talleres para intentar atraerlos de una manera u otra al igual que a quienes vienen de fuera y quieren conocer el jardín.