Solplast, líder mundial en la fabricación de plásticos agrícolas para el campo de Almería
Invernaderos
La empresa del Grupo Armando Álvarez ofrece a los agricultores las respuestas adecuadas para sacar mayor rendimiento a sus cultivos con plásticos de suelo, de desinfección y de cubierta como las dobles cámaras
Los pescadores de Almería convierten los plásticos del mar en combustible para sus propios barcos

SOLPLAST es una de las empresas líderes del mundo en la fabricación de plásticos agrícolas, lo que la convierte en una pieza clave para que millones de toneladas de frutas y hortalizas lleguen cada año a los mercados europeos desde el conocido como ‘Mar de Plástico’.
Con sedes en Santa María del Águila y Lorca -Almería y Murcia-, ofrece a los agricultores la respuesta adecuada a cada una de sus necesidades, de manera que puedan sacar el mayor rendimiento a sus cultivos de forma eficiente y comprometida.
La empresa pertenece al Grupo Armando Álvarez, y desde su planta almeriense produce estos plásticos para el uso agrícola y ganadero. Su buque insignia es el plástico para ensilaje, utilizado en ganadería para fermentar la comida de los animales, pero su catálogo va mucho más allá: plásticos de cubierta para invernaderos, acolchados para el suelo, dobles cámaras de alta transparencia o barreras para desinfección, todos desarrollados con una alta tecnología y pensados especialmente para el mercado de Almería.
Uno de sus productos estrella es Indasol Plus 8000, un plástico de cubierta capaz de resistir hasta 8.000 partes por millón de productos químicos aditivos y fertilizantes como el azufre, usados habitualmente en los cultivos intensivos de invernadero. Este nivel de resistencia prolonga la vida útil de los plásticos de las propiedades que aportan los cultivos, lo que reduce los costes para los agricultores ya que no necesitan cambiar su infraestructura con tanta frecuencia por deterioros. “Este plástico es único dentro del grupo y responde a la evolución del campo, que cada vez requiere materiales más resistentes”, explica Lydia Silverio, técnica comercial de Solplast en la delegación de Almería. Además, dentro de la gama Indasol Plus para cubiertas de invernadero, se garantiza una calidad excepcional de film térmico que disminuye la pérdida de temperatura durante la noche.
Solplast también fabrica el SolTIF, un plástico de barrera de suelo para la desinfección y que es obligatorio por ley a la hora de ejecutar determinados tratamientos en el invernadero. Este material es muy eficiente ya que impide la salida de cualquier tipo de gas protegiendo así la salud de las personas y de los animales, y aumentando la eficiencia de la desinfección de los suelos agrícolas ya que evita que se pierda el producto en el ambiente. “Es un producto muy técnico, con un requerimiento legislativo claro, y nosotros somos líderes en su producción”, afirma Lydia. Este plástico impermeable especial para la desinfección química permite alcanzar más temperatura en menos tiempo facilitando el proceso de desinfección natural que lo hace ideal para los cultivos ecológicos. Soltif elimina un mayor número de patógenos, dando como resultado un suelo más limpio y preparado para el siguiente cultivo.
Otro de sus productos más destacados es la doble cámara térmica de alta transparencia SolTerm, única en el mercado y uno de los materiales más valorados en el campo de Almería. En los invernaderos, mantener una temperatura estable es vital, pero lograrlo sin sacrificar la entrada de luz es complejo. “El problema de los productos térmicos es que la carga que se le añade para que puedan retener más temperatura hace que el plástico se vuelva opaco, sin embargo, la alta tecnología de las máquinas de las que disponemos permite conservar esa alta transparencia”, explica Silverio. Este plástico es una evolución de su Doble Cámara Superplus, que se trata de la doble cámara más alta transparencia del mercado, a la que une el factor térmico con una maquinaria específica y única en el mundo para fabricar este producto con un gran carácter diferenciador.
La tecnología, a la última
Para fabricar todos estos plásticos, disponen de la máquina más grande del mundo, que mide 50 metros de alto por 24 metros de ancho. El proceso parte de unos aditivos granulados llamados ‘granza plática’ que se funden y se transforman en una especie de globo gigante gracias a esta maquinaria, que además lo estira y transforma en láminas de diferentes medidas para ser enrolladas en bobinas. Más tarde, estas bobinas se cortan en función de lo que requiera el agricultor para sus infraestructuras.
Aunque la fabricación se centraliza en la localidad murciana de Lorca, en Almería se realiza la personalización del producto, especialmente para cubrir las necesidades del mercado agrícola almeriense. “Aquí cortamos a medida, dependiendo de lo que necesite cada cliente y adaptamos nuestras soluciones a los diferentes microclimas de la provincia desde Níjar hasta Adra”, detalla la comercial, quien añade que “Almería es muy versátil, es un mercado que varía mucho y se adapta mucho a las necesidades alimenticias de Europa y a los requerimientos que nos llegan constantemente para los que siempre estamos preparados”.
Y es que Almería es sin duda uno de los mercados más grandes e importantes en lo que al plástico se refiere, pero los productos fabricados por Solplast llegan a todo el mundo. Aunque Europa - junto a Almería- sigue siendo su principal mercado, la empresa cuenta con colaboradores, delegados y redes de distribución internacionales que hacen posible que sus productos estén presentes en países de los cinco continentes.
Los microplásticos, uno de los retos ambientales
En Solplast, cuenta con la certificación OCS (Operation Clean Sweep), un programa que promueve la gestión responsable de la granza plástica para evitar su pérdida y la contaminación de los ecosistemas. Durante el proceso de fabricación, estos pequeños gránulos de materia prima caen al suelo y, al realizarse los lavados, terminar en los sumideros. Para prevenirlo, Solplast ha implementado un sistema de recuperación que evita la formación de microplásticos. Además, Solplast se encarga de recuperar todo el plástico postindustrial que no cumple los estándares de calidad, reciclándolo en nuevos productos como plásticos para envolver bobinas. Actualmente, Solplast trabaja en la recuperación postindustrial de todas las empresas del grupo desde su planta en Lorca, y está impulsando una nueva empresa, Recursos Circulares, que se centrará no solo en la recuperación industrial, sino también en la del plástico agrícola, como los plásticos de cubierta y de suelo.
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