Entrevista I Francisco Javier Pérez, promotor de productos de solanáceas de Sakata

  • Francisco Javier Pérez destaca el gran conocimiento del campo que existe en Almería como único

  • Transmite con esmero todo lo que le han enseñado

“Anotaba como un escribano las enseñanzas del agricultor”

Francisco Javier posa en las oficinas de Sakata, delante de un gran mapa mundial. Francisco Javier posa en las oficinas de Sakata, delante de un gran mapa mundial.

Francisco Javier posa en las oficinas de Sakata, delante de un gran mapa mundial.

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

Sabe mucho del campo y lo transmite de forma inmejorable. Es una de las cualidades del campo de Almería, su afán constante por aprender y mejorar. Javier no procede de familia agricultora, pese a que sus abuelos tenían unas pocas tierras en Guadix. Él no los llegó a conocer, no mamó la pasión por el agro pero apostó su vida a la Ingeniería Agrícola. De golpe y porrazo, sin haber bajado nunca al barro, comenzó en un almacén de fitosanitarios en Adra y allí empezó a tomar apuntes y a estudiar mucho más de lo que lo había hecho en la facultad. Sus profesores no llevaban libros ni proyectores, sino tijeras y azadas. Fue “un ‘shock’ muy agradable”. Los agricultores, a los que les está tremendamente agradecido, se han convertido en su fuente del saber. Tras aprender los entresijos de la producción en los invernaderos, hoy en día Francisco Javier es promotor de productos de solanáceas en España de la mano de la casa de semillas Sakata Seed Iberica.

-Dígame alguna de esas enseñanzas.

–Absolutamente todo. Empecé con unos conocimientos muy teóricos, pero no sabía cómo encontrar información real del campo. Poco tenía que ver lo que yo había estudiado con lo que yo iba a hacer: cómo tratar una sandía en el suelo, el abonado que hay que hacerle, cómo regar... Comencé desde cero y prestando mucha atención a lo que me explicaban. Iba como un escribano, anotando todo lo que me decían y luego en mi casa hacía mis cálculos. Así fue como realmente aprendí, visitaba todos los cultivos y hablaba y aprendía de agricultores de tomates, pimientos, calabacines, pepinos, sandías, melones...

-Su día a día sigue ligado al agricultor.

–Siempre me he dedicado al asesoramiento técnico. De Adra salté a otro almacén de fitosanitarios en El Ejido primero y luego a Las Norias. Toda mi vida he estado visitando cultivos y asesorando. Tenía interés en seguir formándome y por eso seguía haciendo cursos, máster, adaptaciones a grados... Ahora mismo estoy haciendo un doctorado en Ingeniería Agrícola. Por eso decidí dar el salto a una casa de semillas. Sigo manteniendo el contacto con el agricultor, pero ahora mis compañeros son genetistas o comerciales. Estoy como un niño chico aprendiendo todo lo que me enseñan.

“Me sabía la teoría, pero poco tenía que ver con el día a día en el campo. Le agradezco todo lo que sé a los agricultores”

-¿Cómo es su trabajo?

–Es muy diferente a lo que me dedicaba anteriormente. Todo el bagaje que llevo me está siendo muy útil para el cultivo de solanáceas que llevo ahora: pimientos, tomates y berenjenas. Ahora recojo las variedades que los genetistas han seleccionado en la fase inicial, realiza ensayo con ellas y recopilo toda la información posible en cuanto a producción, tipo de planta, cuajado, calidades de fruto, color... Estas variedades las estudio durante dos o tres años, de treinta que me pasan los genetistas, escojo cuáles pasan a la siguiente fase. Las que considero que están adaptadas al mercado, las pasamos a fase comercial. Mi misión es que sólo pasen variedades que aporten mejoras en resistencia, producción, que aporte calidad extra...

-¿Cómo va a ser la siguiente variedad?

–Como sabemos la zona en la que estamos, de mucha densidad de plantaciones, solemos tener muchos problemas con las plagas y las enfermedades. Estamos centrados en variedades con resistencias potentes, como por ejemplo contra el oidio. Fue un éxito cuando le incluimos a las variedades una resistencia contra esta enfermedad, pero la presión es tan grande que parece que está flaqueando un poco. Nuestra misión es conseguir nuevas variedades para facilitar la vida al agricultor.

-Además de gran conocimiento, tiene una gran capacidad divulgativa.

–Es uno de los éxitos de Almería, en cuanto al tema de asesores. Existe un conocimiento conjunto en nuestra provincia, tenemos grupos de guasap o foros de comunicaciones en los que compartimos opiniones respecto a problemas del campo, como puede ser una enfermedad. Solemos encontrar una solución rápida. Este conocimiento conjunto, no creo que exista en ninguna otra parte del mundo.

“Este conocimiento conjunto que existe en el campo de Almería, no creo que exista en ninguna otra parte del mundo”

-¿A propósito, le gusta comer productos del campo de Almería?

–Como muchísimas hortalizas, todo tipo de tomates, berenjenas, pepinos, pimientos... Absolutamente de todo. Es cierto que he cambiado mis gustos, ahora que conozco multitud de tipologías de pimiento y tomate, selecciono la que más me gusta. Me decanto por el tomate rosa, fue un descubrimiento al llegar a Sakata y es mi verdura favorita.

-¿Qué le aporta Sakata al mercado almeriense?

–Lleva mucho tiempo presente en Almería, aunque antes tenía una estación más pequeña. Ahora tiene unas instalaciones maravillosas. Sakata siempre ha tenido una visión diferente de la agricultura, no es una empresa que suela publicitarse demasiado, porque su filosofía japonesa le hace apostar por los productos de calidad. La publicidad la hacemos con el trabajo y con el aporte de productos de mucha calidad. Siempre hemos estado asociados con tomates de variedades de sabor. Fuera de Almería también somos muy conocidos por nuestras múltiples variedades de brócoli.

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