El personaje

María Tamayo: “el destino está en ir más allá de las semilllas”

María del Carmen Tamayo trabajando en el laboratorio.

María del Carmen Tamayo trabajando en el laboratorio.

El sector de la agroalimentación es un sector mucho más profundo de lo que podemos imaginar. Normalmente, la imaginación se detiene en su parte más superficial: cajas llenas de frutos, plantas, cooperativas y peones agrícolas. No obstante, hay todo un mundo detrás de todo eso en el cual se dedican en cuerpo y alma para ofrecer a los consumidores el mejor producto que se esconde en laboratorios, y también se deja ver en invernaderos.

María del Carmen Tamayo Espinar es una joven científica que pronto cumplirá 27 años que conforma uno de los pilares fundamentales de los proyectos agroalimentarios almerienses más punteros. Natural de Almería, María del Carmen Tamayo cursó el grado de Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Universidad de Granada, el cual complementó con un máster en Genética y Evolución de la rama agroalimentaria lo que hizo que, tras un mes de trabajo en otra empresa, despertara el interés de Francisco Bermúdez, CEO de Beyond Seeds, quien no dudó en incorporarla a la plantilla del Área Científica de la empresa.

Para Tamayo fue una gran oportunidad de hacerse hueco en este sector tan importante para Almería. “Tengo que estar muy agradecida por la apuesta que hicieron por mí. Comencé a trabajar desde muy jovencita, lo que es muy complicado porque en cualquier oferta laboral que me interesaba exigían una experiencia mínima de cinco años”, explica. Una afirmación que a los ojos de María del Carmen es vital para demostrar la necesidad de jóvenes talentos en este sector: “A nosotros nos gusta aprender de los mayores y creo que a los mayores les gusta que entre gente joven al mundo de la investigación”.

El entusiasmo y la inquietud por aprender llevaron, hace ya casi cuatro años, a la joven científica directamente a ocupar un puesto en el proyecto de desarrollo de ‘Zucchiolo’, una nueva hortaliza que se encuentra en fase de demostración y que se ha convertido en un proyecto pionero en Europa. “’Zucchiolo’ empezó siendo en mi mente como un proyecto pequeñito. Pero conforme van pasando los años te das cuenta de que tu trabajo va teniendo un valor, y la verdad es que es muy satisfactorio”, cuenta María del Carmen. Ahora, Tamayo participa en más de un proyecto, y aunque parece que todo fue como la seda, mantiene que “por mucho que estudies, hasta que no llegas a un trabajo y aprendes del oficio, no sabes nada”.

“A nosotros nos gusta aprender de los mayores y creo que a los mayores les gusta que entre gente joven al mundo de la investigación”, María del Carmen Tamayo

Cuando se le pregunta por lo que más le gusta de su trabajo, a María del Carmen se le acelera la voz y es que cada día es diferente: “No es nada monótono. Un día puedo estar en el invernadero tomando datos y seleccionando el material que tiene mejor potencial, otro día puedo estar en el laboratorio y otro delante del ordenador haciendo facturas. No me parece un trabajo muy aburrido, me divierto”. Además, presume de haberse incorporado en una empresa que apuesta por el talento joven y donde según cuenta, siempre se le ha tomado muy en serio. “Tanto Francisco Bermúdez como Pedro Gómez, el investigador principal, son personas muy cercanas no son personas que transmitan los conocimientos de una forma altiva. Esto ha propiciado la configuración de un grupo de personas polivalentes que juntas trabajan muy bien”, cuenta la científica.

María del Carmen Tamayo tiene muy claro que la mejor fórmula para sacar un proyecto adelante es que te apasione tu trabajo. Asegura también que el mundo de la investigación es tan amplio que no hay cabida para el aburrimiento y que cada día, es una oportunidad para aprender algo nuevo y seguir mejorando, “el destino es ir más allá de las semillas”, dice.

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