Entrevista I Francisco Bueno, agricultor de La Mojonera

  • Paco para los amigos, es agricultor desde que abriera su primer ojo hace 37 años en La Mojonera

  • Conoce, defiende, estudia y trata de ayudar a avanzar a su sector como el que más

“Sin tus padres, meterte en una finca es lanzarte a la aventura”

Paco, ante las matas de tomate que tiene en su finca de Roquetas de Mar. Paco, ante las matas de tomate que tiene en su finca de Roquetas de Mar.

Paco, ante las matas de tomate que tiene en su finca de Roquetas de Mar.

Escrito por

· Pablo Laynez

Redactor

Paco es un libro abierto, un agricultor que sabe mucho de lo suyo pese a no ser un veterano, pero que te mantiene una conversación sobre cualquier tema de actualidad y te sorprende por sus conocimientos. Y eso que sus doce mil metros de tomate y seis mil de berenjenas no le dejan tiempo para ver mucha televisión, pero al final el buen profesional tiene inquietudes más allá de su día a día. Sus padres son hombres de campo y él ha seguido la tradición, “con mucho orgullo”.

–¿Por qué agricultor?

–Siempre me ha gustado mucho este mundo, ver las plantas, cómo crecen, cómo responden a los tratamientos. Se me ha dado bien su manejo. Son seres vivas y así es como tenermos que verlas.

–¿Fue complicado desligarse de la finca de sus padres?

–Sí, si no tienes ayudas de tus padres es casi imposible. Una finca vale mucho dinero y con el sueldo que yo estaba ganando o que estoy ganando ahora, no puedo meter en comprar un invernadero. Empecé con mis padres y luego cogí una finca a renta, y a raíz de ahí, con lo que iba dando la finca, fuimos pagando el alquiler, además de con la ayuda de mis padres. Fui haciendo un poco de bolsa para comprar primero en Las Norias, luego venderlo y finalmente comprarme mis dos hectáreas actuales en Roquetas.

–Supongo que sus padres habrán sido los mejores profesores posible dentro del invernadero.

–Lo he mamado desde chico. Todavía, de vez en cuando, tengo que hacerles algunas preguntas, aunque últimamente son más ellos los que me preguntan a mí sobre productos que han salido, lo que tenemos que echar... Siempre hay que innovar tanto en fitosanitarios como en abonos.

–¿Daba el miedo dar el salto e iniciarse por su cuenta?

–Tú verás, el cambio fue enorme. No es lo mismo amoldarte a cobrar de forma segura todos los meses tu sueldo a meterte en una inversión de 200.000 cuando no sabes si vas a salir para adelante. No sabes, de hecho, ni si vas a cobrar un mes. Como tienes el apoyo de tus padres, sabes que las letras vas a poder pagarlas. Si no, es lanzarte totalmente a la aventura.

–¿Se ha formado en cursos?

–Muchos, cada dos por tres estamos haciendo. Hace poco me tocó el curso de Aplicador de Fitosanitarios, que tengo el nivel cualificado; Especial Desinfección, Riesgos Laborales... Hay muchos cursos, ahora está de moda.

–Sus hermanos también están en la agricultura.

–Ellos [Raúl y Óscar] están junto a mis padres, pero prácticamente son ellos los que están llevando la finca. Mis padres están ya poco menos que de paso por el invernadero.

"Quizás el 90% de los que estudiábamos juntos en el colegio somos agricultores o trabajamos en la tierra"

–Es positivo que la gente joven se interese por la tierra y la trabaje.

–Es muy importante, pero nos faltan apoyos. Somos el sector primario, si España no tuviera el sector primario que tiene, estaría muerta. Antiguamente se hacían muchos sobreesfuerzos en el campo, pero las cosas han cambiado y la tecnología y la innovación nos permiten trabajar de forma más cómoda.

–Imagino que muchos amigos del colegio también están en el sector.

–La mayoría, quizás el 90% de los que estudiábamos juntos en el colegio son agricultores o trabajan en la tierra.

–¿Cómo es vivir en La Mojonera?

–Es un pueblo tranquilo, con pocos coches y atasco, que me permite estar cerca del trabajo. La lástima es que muchos de mis vecinos, de mis amigos de toda la vida, se van a otros lugares como la Urba de Roquetas de Mar, donde el nivel de vida es algo más elevado.

–¿Cómo tiene tomates si es un cultivo principalmente de levante?

–No te creas, aquí cada vez se ponen más. Ante si necesitaba una tierra muy salina y una conductividad alta, pero ahora ya han cambiado las cosas. Aquí también se pone mucho tomate.

“¿Vacaciones? Eso no sé qué es [risas]. Sólo puedes cogerlas si has obtenido beneficios durante la campaña”

–¿Cambia de cultivo?

–Intento rotar. Hay mucha gente que pone pimiento y está 30 años así, es la mejor opción para no equivocarte. Pero yo intento cuidar la tierra, que necesita cambios de ciclos. Antes ponía pepino, ahora pongo tomate. Hay plantaciones que requieren mucho calcio, otras mucho potasio. Si abusas de una explotación al final agotas la materia que tiene la tierra.

–¿Le gustaría que sus hijos siguieran en la agricultura?

–Sí, pero no. Me explico. Sí que me gustaría porque cada vez hay más innovación en el sector, pero por otra parte, es un trabajo muy sacrificado para los beneficios que obtenemos. Hoy en día se obtienen menos que hace unos años, los precios no los podemos fijar nosotros y cada vez nos cuestan más los abonos, el agua, la Seguridad Social, los sueldos... Mi padre, por ejemplo, pagó una hectárea de tierra en un año con una explotación de habichuelas. Eso, hoy en día es imposible, son no menos de 15 años para poder pagarla.

–¿Tiene por delante vacaciones?

–¿Vacaciones? Eso no sé qué es [risas]. Intento coger algunos días en verano , no siempre salen. Estuve cinco años sin parar ni un día. Ahora sí cojo una semanilla, cuando tapas y desinfectas. Depende del beneficio que saques, no siempre puedes tener la explotación sin trabajarla.

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