Paseo entre mármoles

El municipio de Alhama de Almería ofrece a los senderistas un viejo camino que discurre por una acequia abandonada que ofrece vistas panorámicas de la localidad y que concluye entre silos de piedra natural

El camino discurre sobre una antigua acequia abandonada por la sierra de Alhama que por momentos 'teletransporta' al caminante a verdaderos precipios.
Norberto López

24 de junio 2010 - 01:00

El municipio de Alhama de Almería cuenta con un gran número de atractivos turísticos entre los que se encuentran rutas y caminos a través de su término municipal para los amantes del senderismo. Una de ellas es la que se conoce en la localidad comúnmente con el nombre de la ruta de los Mármoles, que con una longitud inferior a los cinco kilómetros, permite al aventurero descubrir lugares cargados de naturaleza a más de 700 metros de altura respecto al mar.

Y se conoce con este nombre porque esta localidad de la comarca del Andarax cuenta con un importante pasado minero y que en la actualidad se materializa con un mármol rojo travertino que se extrae de varias canteras que bordean al casco urbano del municipio por las que discurre la citada ruta senderista.

Para iniciar el camino partimos desde la estatua que homenajea a la Emporronadora, situada en la calle Médicos. Desde allí nos dirigiremos a la calle Echegaray, subimos la pendiente hasta la Plaza Nueva.

Desde esta plaza parte la calle Cervantes a la que nos encaminamos, y subimos toda la cuesta hasta llegar a una placetilla. A la derecha de la misma nos encontramos un pequeño parquecillo, que tenemos que cruzar. Al final del mismo nos encontramos con la balsa cubierta de la Media Luna, de la que parte una acequia.

La ruta transcurre a lo largo de esta acequia, dejando a la derecha la montaña y la izquierda de la misma, a lo largo del recorrido, vemos cultivos de varios tipos, siendo los mas comunes viejos parrales y olivares, así como impresionantes vistas de la localidad y toda su vega.

Hay que tener en cuenta que hay momento en los que durante el discurrir por la acequia nos encontraremos a una altura considerable de las fincas por lo que no es una ruta apta para personas con vértigo. También nos encontraremos con varias balsas, que iremos dejando a la derecha del recorrido.

Al final de la acequia nos encontramos con un pequeño riachuelo, tenemos que seguir en sentido contrario al agua, hasta que llegamos al Caracol, un muro de piedra, con forma de espiral, por el que no todas las personas pueden pasar debido a su fisionomía.

Con las últimas lluvias el descenso por el riachuelo es complicado ya que el agua ha eliminado parte del camino. Y por este mismo motivo, al llevar el riachuelo mas agua de la esperada, no se puede seguir adelante con la ruta a través de estructuras rocosas de grandes dimensiones que muestran silos de piedra natural al descubierto.

Además, durante el recorrido los senderistas podrán disfrutar con la flora autóctona de la zona, muy escasa originariamente, y que con las últimas lluvias ha proliferado brutalmente.

La vuelta o bien se hace por el mismo camino o se puede optar por bajar riachuelo abajo hasta que se llega al camino asfaltado que discurre hasta Alhama de nuevo. La ruta es suave y corta, sin grandes pendientes. Sólo la altura en ciertos momentos de la acequia y las piedras del riachuelo, que pueden resbalar un poco, pueden entrañar algún problema.

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