Las Salinas Las aves pliegan sus alas en

Sobrevolar el cielo para buscar la climatología más apropiada y el entorno más idílico para alimentarse y buscar pareja. Las Salinas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, un espacio creado por el hombre, se convierte en el paraíso de muchas aves que van y vienen, y otras que pasan todo el año en este rincón de la provincia.

El intérprete informador de la Consejería de Medio Ambiente, José Manuel López Martos, explica qué importancia tiene Las Salinas para las aves: "Es un modesto paso a la vez que obligatorio. Aquí reponen energía, descansando y obteniendo comida, para proseguir su camino. Les quedan aproximadamente 200 kilómetros de mar por delante y tienen que estar preparadas. Para ellas, atravesar las grandes masas de agua son un problema".

En estos momentos, López Martos dice que se encuentran en la época prenupcial, que consiste en la etapa de buscar pareja. "Actualmente se encuentran en torno a las 30 ó 40 especies distintas. Hay momentos que se reúne el centenar. Cuando más aves hay es en primavera y en otoño que son sus épocas de paso. Son 15 especies fijas aproximadamente las que se quedan todo el año". El censo de población de las aves es laborioso: "Se cuentan una vez al mes, y se hace de una en una".

Los protagonistas indiscutibles de Las Salinas son los flamencos. "Permanecen todo el año aquí, pero no llegan a criar. Lo hacen, principalmente en Fuente de Piedra, que es donde nacen. Hemos visto movimientos de estas aves que han dejado a sus crías allí, han venido a Las Salinas, se han alimentado y han cogido comida para sus crías. Hay ejemplares que los localizamos porque hay cientos de miles con anillas puestas en las patas y otras que tienen un microchip, así conocemos sus diferentes movimientos y rutas migratorias".

Sobre los movimientos migratorios de los flamencos, López Martos asegura que "contabilizamos a una hembra que en su vida había realizado 8.000 kilómetros y recorrido sitios como Fuente de Piedra, Cabo de Gata, Túnez, Alicante...".

Las aves demuestran que saben convivir y se puede ver en la organización que tienen en Las Salinas: "Se segregan en el espacio a la hora de buscar la comida, dependiendo de sus características físicas como la forma del pico o la longitud de las patas".

López Martos destaca Las Salinas porque "es un oasis imprescindible. Es uno de los únicos ejemplos de industria que mantiene un ecosistema de estas características. Se bombea agua en beneficio de la fauna existente".

Otra de las aves que está llegando a Las Salinas es la cigüeñuela: "La mayoría de la población está en verano". La avoceta es otro de los ejemplares que se pueden ver en este espacio: "Está todo el año, pero en la época estival llegan refuerzos".

Aunque las aves se muestran tranquilas en sus diferentes lagunas, también son desconfiadas ante lo extraño. Mientras que los humanos se acercan para verlos o fotografiarlos, sus alas se despliegan, por lo que toca camuflarse o buscar la manera de que el ruido no despierte el temor de estos animales.

Otra de las especies que ha escogido Las Salinas como espacio propio es el camachuelo trompetero: "Son aves que realizan migraciones locales. Crían en Sierra Alhamilla. Son muy importantes porque los utilizan para medir el avance de la desertización".

El Charco es como conoce la población de Cabo de Gata a la albufera de la desembocadura de la Rambla Morales. Allí se encuentra un grupo de malvasías que navegan juntas. "Están todo el año, pero prefieren esta zona con agua salobre porque no soporta tanto la sal de Las Salinas".

López Martos coge su telescopio para observar aves y como si fuera una película puede ver: anátidas, archibebes y chorlitejos patinegros que son algunas de las aves que se encuentran sobrevolando Las Salinas, un espacio que pueden ver los turistas desde el observatorio.