De la estirpe del bar Taurino
l Calle Murcia.
HERMANOS MORALES
En los años 50, cuando Almería avanzaba muy despacio en aquella complicada década, se abrió en la calle Murcia el bar Taurino, el lugar donde se servían las cigalas más frescas y buenas de la ciudad. Tiempo después de su cierre, José García Morales, un tabernero que se vino a Almería a estudiar Hostelería, hereda el negocio que un primo de su padre había montado sobre el que fuera bar referencia de la postguerra.
El año 1997 fue el día del bautizo del Hermanos Morales. Desde entonces, la calle Murcia se ha situado en el epicentro de la zona elegida por los almerienses para tapear. Además del sano ambiente que allí se respira y del agradable trato con la clientela, la cerveza o un buen vino (un Faustino Rivera o un Ribera del Duero) se pueden acompañar de las 50 tapas con las que cuenta la carta.
Jibia, calamares, chipirones, hamburguesas, pinchos, pechuga de pollo, secreto... La tradición siempre está presente junto con las tapas del día, que van a gusto de una cocinera que goza de una mano privilegiada: carrillada, croquetas, macarrones, albóndigas... entre muchas otras. Además, y son las más demandadas por la gente, el Hermanos Morales tiene una selección de tortillas como tapa para los que quieran ponerse las botas. Ajetes, jamón, queso o atún, con patatas fritas como guarnición. Así es imposible quedarse con hambre.
Para el que les escribe, un amante de la tapa almeriense, lo mejor de este bar son sus espléndidos montaditos con sus originales nombres: sin prisas (lomo a la leña, queso y roquefort), locura (tortilla de patatas con queso), escándalo (relleno de pisto), pan tumaca (tomate con jamón), de la mar (atún con alioli), nueva york (sandwich con lechuga, tomate, queso y jamón de york)... No lo duden y, excepto el domingo que cierra, sus tapas les cautivarán.
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