Expectación máxima. Más de 500 autoridades y alrededor de 150 medios de comunicación llegados desde prácticamente todos los rincones de España presenciaron ayer en Barcelona la puesta de largo del estudio técnico del Corredor Mediterráneo, una obra faraónica en la que el Ministerio de Fomento lleva trabajando más de año y medio (el lobby Ferrmed lleva más de una década presionando para que este día llegase), que supondrá una inversión de 51.300 millones de euros y que se prevé, según anunció el propio ministro de este departamento, José Blanco, que esté totalmente operativo en 2020.

El Salón de los Cónsules de la Cámara de Comercio de Barcelona se quedó pequeño para albergar la presentación de un informe elaborado por Ineco (Ingeniería y Economía del Transporte SA, dependiente de Fomento), que daba las claves y el alcance socioeconómicas de esta infraestructura.

Junto a Blanco, representantes de las cuatro comunidades autónomas por las que transcurrirá la vía férrea; por Andalucía, la consejera de Obras Públicas y Vivienda, Josefina Cruz; de Murcia, el presidente, Ramón Valcárcel; de la Comunidad Valenciana, el consejero de Infraestructuras y Transportes, Mario Flores; y de Cataluña, el presidente de la Generalitat, Artur Mas.

Una mezcolanza de ideologías que no ha supuesto un obstáculo para sacar el proyecto adelante, tal como destacaron todos ellos, pues conocedores de la repercusión económica que tendrá en cuanto a posibilidades de exportación de España hacia los mercados europeos, por encima, incluso, de la mejora de la movilidad de los ciudadanos, han dejado a un lado las siglas políticas, a pesar de que quedan nueve semanas para unas elecciones municipales, para ir todos a una. "Es un ejemplo de colaboración y cooperación entre el Estado y las comunidades autónomas", sentenció José Blanco.

El Corredor Mediterráneo permitirá reducir las actuales doce horas y media de viaje en tren hasta Barcelona por un trayecto de cuatro horas y cuarto. Se trata de un proyecto que afecta al 40% de la población española y más de la mitad del PIB nacional, que pone en órbita a los cinco puertos más importantes del Mar Mediterráneo, a los que conectará con Europa.

En 2020 llegará hasta Almería, pero el proyecto hasta Algeciras por la costa tendrá que esperar mientras haya un eje transversal, el que une ambas ciudades por el interior (Bobadilla-Granada). Aun así, a mitad de 2011 se licitará el estudio para llevar este eje hasta Algeciras por la costa, por Motril, con un coste de 13.900 millones de euros. Hasta ahora se han invertido 8.400 millones de euros, mientras que a medio plazo se prevén otros 3.600 millones, y a largo plazo, hasta 2020, los restantes 25.400 millones, para lo que Blanco pidió la colaboración público-privada.