Almería tiene a los jubilados con las pensiones más bajas

Los pensionistas y las pensionistas almerienses están a la cola de España en cuanto a retribuciones. Ellas, incluso peor, con más de 70 euros de media por debajo. A diciembre de 2013, la media de cobro entre jubilados y jubiladas almerienses apenas ascendía a los 797,19 euros, con un total de 55.752 personas recibiendo esta paga, según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. La cantidad más baja de todo el conjunto nacional si no se tiene en cuenta a Lugo, donde se cobran 714,41 euros. La provincia mejor pagada en jubilaciones es Bizkaia, con más de 1.200 euros, seguida Álava, la Comunidad de Austurias y Valladolid, todas ellas superando los 1.100 euros de media, muy lejos de lo establecido en la provincia almeriense.

Pero Almería tampoco puede presumir en el resto de pensiones. En la de viudedad, por ejemplo, un total de 27.427 cobran de media 534,49 euros. En orfandad, 4.618 ciudadanos reciben, también de media 325,25 euros. El total de pensionistas de los distintos tipos son, en la provincia, 96.657, y la media de ingresos es de 699,75 euros, tan solo Lugo, 643,55, vuelve a estar nuevamente por debajo.

Aumenta lo que gastan en alimentos, el del gas o en el electricidad y, sin embargo, ellos siguen consumiendo igual que antes o incluso menos. Pero esto sucede porque los jubilados o, simplemente, los mayores con ingresos, tienen que soportar cargas económicas que antes no. La crisis ha devuelto a los hijos a las casas y, con ellos, la mujer, el novio o el marido con el que algún día la abandonaron y, posiblemente, los nietos o nietas que han tenido en este tiempo. Almería registra un paro de casi el 40%, es decir, casi cinco de cada personas se encuentran en situación de desempleo. Almería y Córdoba son las provincias andaluzas donde el número de hogares con todos sus miembros en paro han sufrido un mayor aumento, con incremento de casi el 400% en Almería y en Córdoba de un 357%. Los colectivos sin ánimo de lucro se han convertido en una parte imprescindible en la sociedad actual para muchas personas, pero, junto a ellos, el trabajo de los abuelos es ya fundamental. Se trata de un volver a empezar.

En 2012, seis de cada 10 mayores de 65 años ya prestaban algún servicio de ayuda a sus familiares, cifras que se van multiplicando con el paso de los años debido a que muchos de los que en ese momento tenían algún ingreso por prestación de desempleo ha dejado de cobrarlo. Según un estudio realizado por Maphre, los jubilados están aportando a la economía doméstica (y al PIB) y no solo por el trabajo no remunerado que algunos realizan como cuidadores (de nietos o de otros familiares) sino también porque están ayudando con su prestación de jubilación a los hijos.

Por ejemplo, a ahorrar en la cesta de la compra: el consumo de alimentos en los hogares formados por jubilados aumentó un 3 % en 2011 con respecto a 2010, como refleja el Panel de Consumo Alimentario en España 2011, presentado por el Ministerio de Agricultura y Alimentación y Medio Ambiente. Esta situación unida a otros factores como al incremento del coste de vida, al medicamentazo, la subida del IVA, los recortes en prestaciones sociales y en atención a la dependencia, está aumentando de manera alarmante la vulnerabilidad de los mayores y sus familias.

Pero las cargas de los abuelos y las abuelas también han llegado en forma de cuidados para aquellos nietos cuyos hijos no pueden cuidar porque tienen la suerte de trabajar, indistintamente de su horario, ahí están los abuelos para ayudar a sus familiares. Gran parte de las actividades básicas en el cuidado de los hijos queda descubierta para la mayoría de las madres y los padres que inician su jornada por laboral por la mañana. El 33% entra a trabajar antes de que abra el colegio y el 59% aún no ha acabado cuando el colegio cierra. Si eso sucede, las abuelas son las encargadas de vestirlos, darles el desayuno y, después, prepararles la comida. El 70% de las mujeres mayores de 65 años ha cuidado alguna vez a un nieto. De ellas, un 44% lo hace a diario, un 30% varias veces a la semana y un 25% con una frecuencia menor.