Angustia de una madre por la muerte de su hijo
Gran expectación en la Rambla Obispo Orberá para ver salir a los dos titulares de la hermandad Emotiva visita de las imágenes a su sede canónica, la Iglesia de San Juan Evangelista, con multitud de fieles
Eran las 19.00 horas de la tarde del Jueves Santo (con quince minutos de anticipo respecto al año pasado) cuando asomaba a la Rambla Obispo Orberá la Cruz de Guía de la Hermandad de las Angustias. Se antojaba una gran tarde de Pasión en nuestra capital, el gentío cofrade aguardaba expectante la salida del imponente Cristo de la Buena Muerte de la Compañía de María.
Y no se hizo mucho de rogar, detrás del siempre impecable cortejo de esta Cofradía, formado por penitentes ataviados con túnica morada de cola y cinturón de esparto, iba asomando al dintel la imagen de este Cristo que en 1954 saliese de las gubias de José María Hervás Benet.
Jorge Alonso, antiguo costalero y nuevo capataz del paso, llamó a sus hombres sin hacer alardes, de forma elegante como exige un Jueves Santo para levantar al cielo por primera vez y sacar al Señor a la calle; con los talones juntitos, andando poquito a poco y al son del Himno Nacional seguido por la marcha "Cristo del Amor" interpretado por la Banda de CCTT Nuestra Señora del Carmen de Almería. Banda que es otra de las novedades de esta Hermandad, siendo también la primera vez que desfilará por Carrera Oficial.
Cuando ya el Cristo de la Buena Muerte se alejaba, caminando largo y reposao hacia el casco histórico, asomaba su Madre que no quería perderlo de vista. Ntra. Sra. de las Angustias, con su Hijo yacente en brazos, se resignaba a creer en la triste pérdida que acababa de sufrir y le persiguió durante toda la noche para el deleite de todos los almerienses.
Y es que la Virgen, obra de José Navas Parejo (1941), iba todo lo guapa que puede ir una Madre que acaba de perder a su Hijo, lucía espléndida gracias al trabajo de su vestidor Juan Rosales. Sobre una alfombra clásica "Córdoba" de lana compuesta por dibujos y motivos florales de líneas regias en tonos marfiles y dorados -estreno para este 2016 confeccionada en Crevillente (Alicante)- y un manto de anthurium blancos, statis blancos y azahar y rosas de color marfil, salió a la calle la Señora a las órdenes de Alejandro Mengíbar y sus auxiliares.
Y así con andar elegante fue avanzado el largo cortejo por lugares emblemáticos de la capital, como la Iglesia de San Pedro o la Catedral, hasta llegar bien entrada la noche a la sede canónica de la Hermandad, la Iglesia de San Juan Evangelista. Visita esperada por el barrio y así se demostró en la gran cantidad de vecinos que aguardaban impacientes la llegada de los titulares de su Hermandad, los echaban de menos, pues habían sido casi dos semanas sin rezarles en el lugar de culto habitual (el 12 de marzo tuvo lugar el traslado a la Iglesia de la Compañía de María). Después de este bonito reencuentro la Cofradía prosiguió su caminar buscando la CO, donde entró puntual a las 23.00 horas para recogerse, con el buen sabor de boca que queda tras un trabajo bien hecho, en torno a la media noche.
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